¿'Perdida' es machista?


12 de Octubre de 2014
por Iñaki Ortiz

Hace unos meses escribí sobre si Her es una película machista. No quisiera hacer una serie, la verdad, pero creo que no Perdida tiene suficientes puntos delicados como para ser comentados y en general, la carrera de David Fincher.

Gone Girl - Perdida

Hagamos un poco de repaso. Fincher ya levantó cierta polémica (al menos en su país, creo que no hay demasiado escrito sobre esto en castellano) con La red social, en la que se le acusaba de sexista o misógino. Es cierto que lo obvio es destacar que la misoginia se encontraba en concreto en el personaje protagonista, el mismísimo Mark Zuckerberg. Incluso se toma un despecho como una especie de motivación para su éxito. La verdad es que el personaje es bastante repelente en general y no podemos decir que el director lo mime, pero es un tema recurrente en su cine el resentimiento hacia las mujeres; y la figura de ella, como también suele pasar en su filmografía, pronto pasa a ser solo un objeto. Salvo un par de excepciones (La habitación del pánico, y en parte El curioso caso de Benjamin Button), las mujeres cumplen dos posibles roles en el cine de Fincher: o son unas manipuladoras hijas de puta o las convierte en objetos como simple elemento de la trama, en ocasiones ensañándose con ellas. A veces, todo al mismo tiempo. El personaje de Gwyneth Paltrow en Seven -que todos sabemos cómo acaba- solo responde a una necesidad de hacer avanzar la trama y de afectar al personaje de Brad Pitt. No le vamos a pedir a Fincher que cumpla el Test de Bechdel, pero creo que hay un punto intermedio entre eso y la ornamental bella esposa del detective Mills -hasta la decisión del aborto se plantea en el sentido de cómo le afectaría a él. Esto no evita que sea una de las mejores películas de asesino en serie de la historia.

Seven Gwyneth Paltrow

En El Club de la lucha, esa obra maestra, el personaje femenino (en el cine de Fincher casi siempre hablamos de "el personaje femenino", así en singular) interpretado por Helena Bonham Carter, tiene dos fases bien diferenciadas. En la primera mitad es un personaje irritante, manipulador que maneja a su antojo al protagonista -como sucede en otras películas de Fincher. En la segunda mitad pasa a ser un objeto que solo sirve de motivación al héroe. En definitiva, en esta película se unen los dos aspectos negativos de Fincher en este sentido. Al menos consiguió ganar el Spike Guys's Choice Award, que da un canal de televisión americana orientado al público masculino. Lo presentó Mel Gibson a caballo con una gran hoguera de fondo.

 

 

 

 

 

 

En The Game, tenemos otra manipuladora malvada. Y sí, ya sabemos que en el cine de Fincher hay personajes oscuros, pero teniendo en cuenta que no suele aparecer más de una mujer, le toca la china demasiadas veces, y siempre son defectos asociados al tópico femenino. De Alien 3 podríamos decir cosas a favor y en contra, pero creo que no tiene mucho sentido pues es una película sobre la que apenas tuvo control. ¿Recordáis alguna mujer en Zodiac? Sí que la hay, Chloë Sevigny es la mujer del protagonista y, una vez más, es un personaje que está ahí solo para mostrarnos los problemas domésticos de él.

Pero vamos ya con la última película de Fincher, Perdida. Lo siento mucho, pero me es imposible hablar de este tema sin desvelar cuestiones importantísimas de la trama. Si tenéis previsto verla y no lo habéis hecho ya, os recomiendo que no sigáis leyendo.

Quiero entrar muy de puntillas en este ejemplo pues es mucho más complejo que los anteriores. Y es que, abiertamente, Fincher hace aquí una denuncia de la dictadura de lo políticamente correcto. Habla de la necedad de no estudiar cada caso en concreto y en lugar de eso acudir a los lugares comunes de las guías éticas generalizadas. Y esto me parece loable y hasta necesario. El tema que elige para ello no es la defensa de los derechos civiles o la lucha contra la homofobia, que valdrían igual. No, es -oh casualidad- el feminismo. Bien, es válido en cualquier caso. El problema llega más bien en como realiza el retrato.

El tema no puede estar más de actualidad, al menos en España: la cuestión de las denuncias falsas en casos de agresión sexual. No voy a entrar en estadísticas absurdas pues creo que no es el enfoque adecuado, pero es un punto de partida aceptable para una cuestión delicada, hablando del juicio mediático. El problema es que Fincher lo lleva a la caricatura -ella llega a autoviolarse con una botella- y parece querer rebatir, desde el extremo opuesto y bastante absurdo, todas y cada unas de las reivindicaciones de cierto sector feminista. No una ni dos, parece un personaje hecho a medida para el resarcimiento, todos sus aspectos de manipulación viajan en el mismo sentido. Y si quedara en el hecho individual, podría pensarse que es anecdótico, casual, si se quiere sospechoso en el currículum de Fincher. Pero no se queda ahí y lo lleva al nivel social. Todos los elementos de poder de la película son mujeres. La policía, la agitadora televisiva, e incluso la jueza mediática que le hace la entrevista a Affleck. De pronto, el cine de Fincher que está compuesto casi enteramente por solo un personaje femenino en cada película -habitualmente sin personalidad propia- se dispara con cuatro personajes femeninos relevantes. No se trata solo de la villana, Fincher muestra una especie de distopía matriarcal en la que los hombres no tienen relevancia y están dominados por histéricas y manipuladoras. Excepto el abogado, todo un héroe carismático, que rápidamente cree la versión del protagonista porque entre tíos nos apoyamos, chócala!

Perdida - programa de TV

Pero por encima de todo esto, creo que la escena que más me ha molestado y que considero que tiene un mensaje realmente peligroso, es la de la declaración de la protagonista en el hospital. Vemos que miente descaradamente y la detective la intenta poner contra las cuerdas -para nuestro gozo como espectadores que conocen la verdad- pero los agentes la acallan. Toda una crítica ante el posicionamiento incondicional a favor de la mujer que, efectivamente, puede estar mintiendo. Esto representa, en mi opinión, las cara más oscura de este tipo de planteamientos. Al contrario de lo que nos quiera transmitir emocionalmente el director, y me reconozco odiando al agente al mando, lo cierto es que su actitud es la impecable, ante una persona que muestra rasgos evidentes de haber sido violada y maltratada duramente; mientras que la actitud de la detective es inoportuna e inapropiada. No es el momento, ya habrá tiempo para eso.

Uno de los problemas de nuestra policía -y ahora vuelvo a pisar estas tierras y a casos que me pueden ser más cercanos- es que muchas veces no están preparados para asistir a una víctima que acaba de pasar por una experiencia traumática y para la que es muy duro continuar con este proceso, y me consta que hay parte del personal -no quiero generalizar- más dispuesto a la desconfianza y a buscar la verdad que hacer exactamente lo que le corresponde en ese momento: atender con tacto y registrar con rigor. Posiblemente por que las aptitudes policiales están más orientadas al esclarecimiento que a la empatía, es también natural. Esto es un problema real, que no ayuda nada a mejorar una situación lamentable y que posiblemente requiere una atención especial por los responsables de ese ámbito, en cuanto a formación y selección -desconozco hasta que punto se trabaja en ello. Que Fincher nos empuje en dirección contraria poniendo en duda, incluso en ridículo, lo que es la actitud más profesional y adecuada, me resulta obsceno.

Yo no sé si Fincher es machista, si lo es personalmente, ni siquiera tengo claro que algunas de las cosas que he apuntado respondan a una intencionalidad consciente. Pero creo que su carrera deja claro que en su cine las mujeres son la asignatura pendiente, y que hay ciertas tendencias marcadas en su obra en este sentido.

Sobre la película en sí, podéis leer mi crítica de Perdida.

Bohan Carter en Fight Club




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Películas relacionadas:

Carátula de la película Perdida

Perdida

 (Gone Girl)
3/5
Director: David Fincher
Actores:
Rosamund Pike
Missi Pyle
Ben Affleck
 
Tags: Machismo



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