Crítica de la película Cinco minutos de gloria por Iñaki Ortiz

90 minutos de cine


5/5
23/09/2009

Crítica de Cinco minutos de gloria
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película Esta película supone un verdadero soplo de aire fresco para el género (me refiero al cine que habla acerca del conflicto de Irlanda del Norte, claro). Y es un soplo que funciona en dos sentidos. En primer lugar, en el aspecto puramente cinematográfico que, en definitiva es lo que verdaderamente me interesa, pero también funciona como un nuevo enfoque para la reflexión, para la concienciación, no sólo de este problema sino de los conflictos violentos en general.

En cuanto al valor cinematográfico, tenemos una idea diferente, y un desarrollo atípico. Resulta además una hija de nuestro tiempo, de la televisión del reality. Consigue un ritmo firme, intenso, y un camino que discurre de un modo mucho menos previsible de lo habitual. Además, sirve para construir dos personajes complejos, ricos, emocionales que además, están brillantemente interpretados. Dos actores experimentados en el conflicto. Liam Neeson borda un personaje difícil, que podría caer fácilmente en la interpretación de carrerilla pero que no lo hace. Sabe transmitir su dolor asumido, su desesperación encubierta, con un final de derroche interpretativo. Es una gran noticia que este actor esté recuperando su carrera, las dos interpretaciones que hemos visto en este festival son excelentes. Aunque sin duda el papel más complicado es para James Nesbitt. Se atreve a ofrecer cierto punto casi cómico, histriónico que roza peligrosamente el desastre pero que se mantiene en el punto justo de excitación. Su respiración, su angustia antes del encuentro, la puede vivir el espectador y enriquece el suspense al máximo. Su última escena también es un triunfo.

Sigamos con el valor cinematográfico. Oliver Hirschbiegel consigue un ritmo y una atmósfera de tensión creciente que envuelve. En la escena en la casa abandonada, cada esquina que dobla la cámara es un grado más de agarre a la butaca. En general, el brío del montaje y la potencia de la dirección seducen y suman un verdadero componente de thriller a una película en esencia sociológica.

Pero hablemos del segundo punto también, del nuevo enfoque. El director lo vuelve a hacer, después de El experimento y El hundimiento, se adentra en los recodos más polémicos del alma humana, donde quedan fuera de lugar los conceptos más simplistas de bien y mal o la demagogia, y se da paso a una riqueza de matices que construyen un escenario mucho más real y entendible. Los problemas de la reconciliación, de poder seguir adelante. Plantea cuestiones que dan una nueva dimensión, o al menos una menos ajada, al problema (no sólo a este, el personaje de Neeson habla del terrorismo de Al qaeda).

Podría ponerle un pero. La película parte de dos personajes reales y un pasado real, aunque después se desarrolla como ficción de un posible encuentro entre ellos. El resultado es quizá algo novelesco, especialmente por el cuchillo y el plan de venganza en la televisión, y el exceso de la escena de la pelea. Esto desmerece un poco el juego de simulación social que en definitiva es esta película. Por lo demás, una excelente película que ofrece algo nuevo y que confirma a Hirschbiegel como un director de gran importancia.



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Cinco minutos de gloria en festivales: Festival de Sundance 2009 , Festival de San Sebastián 2009




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