Crítica de la película Avatar por Hypnos

A estas alturas, y con la película rompiendo records en taquilla (eso sí, sin tener en cuenta los efectos de la inflación), poco se puede decir que no se sepa ya de Avatar. Mañana se desvelarán gran parte de sus posibilidades de cara a los Óscars 2010, y se podrán hacer cábalas sobre un hecho, a día de hoy incontestable, todo lo que toca James Cameron lo convierte en oro.

Él puede llevarse el título de Tío Dollar. Claro que como ya sabréis los que nos seguís desde hace tiempo, Tío Dollar tiene sus cosas malas. Y es que no nos podemos esperar de él ninguna obra maestra. No lo fue Titanic, y tampoco lo será Avatar. ¿Por qué? Porque Cameron es un estupendo productor e imaginativo director en lo que se refiere a I+D en el cine, pero nada más.

No es un director que pueda estremecerte con un plano, y sus colosales producciones van destinadas a procurarnos los sentimientos más básicos. Ninguna película suya llegará a la calidad de las mejores de la saga de Indiana Jones. Como guionista también deja mucho que desear y el problema principal con el que me enfrento en Avatar es aguantarme sin rechistar tres horas de película con una sucesión de hechos resabidos. ¿Las gafas del 3D obrarán el milagro?

Avatar romperá registros pero no es ninguna película que perdure, ni tampoco dará para ser la nueva Star Wars. Ante nosotros, James Cameron, con todos sus aciertos y sus errores.