Crítica de la película Vi är bäst! por Iñaki Ortiz

Lukas Moodysson nos ofrece aquí una comedia muy ligera, muy simpática, sin demasiadas pretensiones y con mucho ritmo. La clave de la historia es la esencia del alma punk, del atrevimiento, de empezar a tocar de cualquier modo, provocar. Una película que habla de la actitud. Y lo hace desde la historia de tres jovencitas, con desparpajo, que no están nada dispuestas a seguir las normas establecidas.

Las jóvenes actrices están estupendas, con un carisma insólito a su edad. Las líneas de diálogo son frescas, ágiles y mantienen la sonrisa constante con algún momento de risa amable. Tenemos la clásica ambientación de divertida nostalgia, de otros peinados y otras prendas. Casi como emblema de esa época, hacia el principio vemos a las protagonistas al teléfono, fijo, como es natural, que resulta ya casi un elemento de otra era.

También nos habla de marginación -sin caer en el drama. De como la amistad y los intereses comunes pueden hacerte escapar, te pueden aportar un respiro. Ser diferente, sin hacer tampoco una fábula facilona y condescendiente con ello.

Quizá el aspecto negativo lo encuento en que su desarrollo se queda corto, y la recta final no aporta demasiado, pues todos los elementos relevantes de la película ya están sobre la mesa. La frescura ya no es suficiente, falta una necesidad de llegar al final. Por lo demás, una comedia pequeñita y entrañable.