Crítica de la película Green Zone - Distrito Protegido por Beiger

Matt Damon y Paul Greengrass han pergeñado una de las sagas de acción más interesantes de la última década. La saga de Jason Bourne y la serie 24 han marcado un claro giro del cine de acción hacia las hostias secas (con perdón). Tras una época donde el cine de acción americano se encontraba algo perdido entre imitaciones de sus colegas de Hong-kong y la resaca de los grandes héroes de acción que ya no nos sorprendían enseñándonos qué es el Karate o el ju-jitsu, amanece un nuevo estilo que no solo incluye la manera en que se desarrollan las propias escenas de acción, sino que hace un esfuerzo por crear tramas realistas y relacionadas con la actualidad.

Parece que tanto Damon como Greengrass están preparando la cuarta entrega de Bourne. Seguro que no les resulta muy sencillo encontrar una buena historia que haga que una cuarta parte se justifique por motivos que vayan más allá de la taquilla. Mientras tanto, han decidido liberarse del peso de tener que continuar tramas ya muy desarrolladas, y se han lanzado a contarnos una historia totalmente diferente, pero donde podemos reconocer todos los elementos de esta saga Bourne y, insisto, de 24.

Mucha explosión, mucha metralleta sobria, mucho entrenamiento militar, una trama ajustada a la realidad actual y, en definitiva, nada nuevo bajo el sol, pero todo muy bien hecho.

Para los amantes del cine de acción, pero también para los amantes de pasar un buen rato.