Crítica de la película La fuente de las mujeres por Olmo

Hablamos más del más que del menos. Queremos siempre más y nunca menos. La nota ideal es el sobresaliente y no el suficiente, ni siquiera el notable. Pero esto último, lo notable, es a veces un claro signo de diferencia, de estar en medio y hacerse notar sin poder ni tener que ser la referencia. Cuantas veces hemos echado mano del nombre propio, de la experiencia, del título. Y cuantas no han salido bien. Por eso, siempre animo a ese espectador que nunca da el paso que lo haga, no se arrepentirá. Y puede empezar por La fuente de las mujeres.

Se trata del último film del director de origen rumano Radu Mihaileanu (El concierto, El tren de la vida). Residente en Francia y director reconocido como uno más de la creación artística nacional, Mihaileanu, de raza gitana, es de lo poquito de estas características que ha llegado a lo más alto y que podamos tener una referencia al respecto. Por eso, cualquier idealista y romántico estaría interesado en una obra de tales características. Punto uno.

Punto dos. Radu Mihaileanu viajó a Cannes con esta su fuente de las mujeres. Vamos, que no la tendríamos que apreciar solamente por su tamaño. Llega de donde llega, siempre hay razones. A pesar de que pueda parecernos la película de autor tópica para ver en una sala de proyección minoritaria y en versión original (encantado por cierto) y esa pueda ser una de las principales razones para cargárnosla tendríamos que ampliar el campo de visión y tener fe por las historias cotidianas, las maneras de un director poco convencional y además denuncia social. La mujer en mayúsculas es ya de por sí un amplio abanico de posibilidades en el cine. Y Radu, un director sensible y comprometido sacará brillo a la lámpara. Recomendable para el público femenino, apta y necesaria para el masculino.

Bajo la influencia del cine iraní y sucedáneos, firmada por un centroeuropeo pero con despege galo, que siempre la hace más atractiva si cabe. A reírnos y a ser optimistas. No nos olvidemos de que esto es cine. Todo lo demás puede esperar.