Crítica de la película Arrástrame al infierno por Beiger

Quizá, si no revisáramos los créditos de esta película, no merecería ninguna atención especial. En realidad, puede que aun sabiendo que se trata de la última película realizada por Sam Raimi, ésta no merezca ser destacada. Lo que pasa es que Sam Raimi es el perpetrador de esa estupenda trilogía que comienza con la novedosa Posesión Infernal, y que acaba con la obra maestra de los efectos especiales, la cámara subjetiva y la serie B que es El ejército de las tinieblas. Además, Raimi es el director de la trilogía de Spiderman. La primera me gustó bastante, la segunda me encantó, y la tercera fue un fiasco.

Está claro que ésta Drag Me to Hell irá más en la dirección de Posesión infernal que en la de Spiderman, pero además parece claro que asumirá los estándares del terror comercial americano actual. Y es que sin duda estamos ante una película oscura, cruda y con abundantes efectos de maquillaje. ¿Qué puede salir de la síntesis del cine de Raimi y el terror actual? Pues dado que tanto Raimi como el terror actual, son capaces de lo mejor y de lo peor, cualquier cosa.

Me gustaría que ésta fuera la película con la que Sam Raimi da en los morros a todos aquellos detractores que piensan que su capacidad como director se reduce a una dirección original en una trilogía de serie B y a un par de destellos en la saga de Spiderman. Me gustaría ver terror comercial medianamente refrescante, y no un refrito trillado de mi películas antes vistas...

Claro que todo esto es lo que me gustaría. Ya veremos.