Crítica de la película Nunca me abandones por Iñaki Ortiz

Ciencia ficción disfrazada


4/5
08/04/2011

Crítica de Nunca me abandones
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película Si bien podría parecer, por su tono y su estética, que esto es un drama clásico, con matices de ciencia ficción, a modo de excusa argumental; yo lo definiría más bien como una película de ciencia ficción disfrazada de drama. Y es que, a pesar de su formato clásico y hasta retro a veces, no está tan lejos de obras del género como Blade Runner o Inteligencia Artificial.

Lo que menos me interesa es la raíz de su planteamiento, que se pregunta si tienen alma los clones, o desde un punto de vista menos espirituoso, habla sobre la humanidad del clon (y en consecuencia sobre sus derechos, etc.). Este interés, que comparte con no pocas películas - pienso en la reciente Moon - me resulta muy poco atrayente, por absurdo. ¿Qué particularidad encuentran los cineastas y novelistas en la figura del clon que le convierte en un ser tan extraño? Simplemente comparte el código genético de otra persona (cosa que ya ocurre con los gemelos) y no está creado a la manera tradicional (la divertida), como por otra parte ya ocurre con los in vitro. Sin embargo se les achaca todo tipo de propiedades supersticiosas (como en la infame El enviado). El núcleo de la película me parece por tanto, infértil y básicamente consigue crear unos personajes de comportamiento algo viciado y arbitrario y un universo que no termina de ser lo coherente que debiera. Este tipo de planteamientos, a mi juicio mal enfocados, vienen de una confusión con el concepto de "artificial".

Me interesan más pequeños detalles que se nos van insinuando en segundo término para la reflexión, especialmente, usando la figura del clon como metáfora del ser humano. Por ejemplo, el hecho de que usen el arte para burlar a la muerte. El que una joven con las hormonas en ebullición busque a su "yo" en una revista porno. Personajes a la deriva haciéndose las grandes preguntas, "de dónde vengo", "quién soy" y siendo condicionados por la conciencia de la muerte inevitable y la vida siempre corta. Explicitan de forma clara, al final de la película, que al fin y al cabo, todos, no solo ellos, vamos a morir.

Todo esto narrado con bastante gusto y demostrando unos interesantes momentos de intimidad entre los clones, buscando así sus rasgos más humanos. Desde los detalles de la niña con el niño complicado, hasta las crueles palabras que susurra Keira Knightley a Carey Mulligan. Un buen reparto, con las dos estrellas citadas y también Andrew Garfield que con cada trabajo afianza su versatilidad.

Una interesante estética nostálgica, más propia del drama romántico, con sutiles elementos de ciencia ficción, como la máquina para "fichar". Sin duda, otro trabajo interesante de Mark Romanek a pesar de que el núcleo me resulte pobre.



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