Crítica de la película Las flores de la guerra por Obi-Wan

Yimou Zhang es uno de los directores chinos más reconocidos de a nivel internacional, comparable a Ang Lee o Wong Kar Wai. Su cine se pasea por festivales internacionales de todo el mundo, con sus historias dramáticas narradas y tratadas en ocasiones con ternura, en ocasiones con cierto aire a cuento épico. Aunque bien es cierto que hay excepciones un tanto atípicas en su filmografía, que más parecen aislados experimentos, la belleza de su cine bien se puede comprobar en títulos como La casa de las dagas voladoras, El camino a casa o La linterna roja, por citar alguno.

Las líneas generales de este título que nos ocupa, bien pueden parecer cortadas por el mismo patrón, aunque se introduce la novedad de dirigir un reparto con una gran estrella occidental de la talla de Christian Bale (El caballero oscuro, The fighter) antes justo de que vuelva a encarnar a Batman en la tercera entrega de Nolan . La invasión japonesa, una iglesia y un grupo de mujeres, serán los elementos a tener en cuenta en este nuevo relato de superación y valentía,  melancólicamente hermoso, heroicamente triste y puro.

Nominada a los Globos de Oro como mejor película extranjera y un aluvión de nominaciones en los Asian Films, pretende alcanzar el preciado Oso de Oro en el Festival de Berlín. Papeletas no le faltarán.

Cine serio, bonito, con una historia interesante que contar y una manera especial de ser narrada. El señor Zhang nunca defrauda.