Marina de Van nos presenta su primer largo tras haber filmado una buena lista de cortos. Para su película ha conseguido fichar a Monica Belucci y Sophie Marceau, dos actrices que son más conocidas por despertar la imaginación del público masculino que por sus buenas actuaciones. Por eso sorprende verlas en una película donde no lo tendrán fácil para mostrar carnes. Y es que ambas dos tanto la Belucci como la Marceau empiezan a estar un poco pasaditas de años, así que seguramente estarán intentando reconducir su carrera en otra dirección.
La propuesta de ésta película es extrema. Creo que lo podría llamar "cine de braguitas extremo". Se trata de cine superfemenino donde valdrán más los colores y las sensaciones que el rigor de una historia bien contada. Donde asistiremos a una serie de retahilas oníricas que se autojustificarán porque los sentimientos son irracionales o por cualquier paparrucha similar. Ésta película huele a nubes. ¿Y a qué huelen las nubes? Pues huelen a falta de talento suficiente como para contar una historia hecha por mujeres, para mujeres y sobre mujeres que vaya a más allá de ese tópico machista de hombre-racional versus mujer-sentimental.
Por si no se nota, éste tipo de propuestas no me gustan nada. Supongo que en el festival de Cannes tiene que haber de todo....