Crítica de la película Tetro por Iñaki Ortiz

Emociones encontradas. Por un lado, resulta una película que no aburre en sus dos horas largas, y cuenta con elementos muy interesantes como la presentación de Tetro detrás de la puerta. Por otro lado, demasiadas veces roza o incluso cae de lleno en el ridículo como en las escenas de radio La Colifata, que son casi una parodia. La pretenciosidad de la película, bastante trasnochada, llega a ser también involuntariamente cómica. Esa engreída fotografía en blanco y negro y los diálogos pretendidamente intelectuales como "¡El lenguaje ha muerto!" no ayudan.

Coppola pretende aquí, alejándose de la comercialidad y abrazando el interés puramente artístico, hacer su cine más personal. Paradójicamente, es ahora cuando más referencias podemos encontrar. Es fácil ver a Fellini detrás o incluso a Almodóvar -es especialmente claro gracias al personaje de Carmen Maura. Es muy fácil compararlo con otros creadores anteriores. Da la sensación de que estuviera empezando, si no fuera porque en sus comienzos, Coppola se dedicaba precisamente a escribir la historia del cine. Es una pena que a estas alturas recurra a otras fuentes, de cineastas menos importantes que él mismo, para intentar ofrecer lo que él cree que es su verdadera personalidad artística.

Lo que sí está claro es que ha volcado sobre esta película todo tipo de emociones personales, traumas, rencores, remordimientos... A nivel personal y como cineasta. Es curioso, si en El padrino trataba el tema de la mafia para, en el fondo, hablar sobre la familia; en Tetro utiliza como tema principal la familia, cuando realmente parece que habla de otra cosa: de la creación artística, de la relación del autor con el público, de la crítica que tan abandonado le tiene últimamente, de la frivolidad de los premios y el glamour. Está claro que se queda a gusto con la industria, pero va más allá, a algo mucho menos mundano, y reflexiona sobre la creación, los objetivos del artista y el proceso de una gestación casi intestinal. Todo esto es interesante. También lo es la tragedia familiar, aunque muy buscada y quizá demasiado vista.

En cualquier caso, una película interesante que se ve a la vez, dañada e impulsada, por esa especie de rabieta artística que está atravesando el legendario director. Quizá sólo sea una fase necesaria después de tanto trabajo alimenticio, que le lleve a un renacer que todos podamos aplaudir. De momento, una interesante película tremendamente irregular.