Crítica de la película Fast and Furious: Aún más rápido por Beiger

Vaya por delante que vi The Fast and the furious, la primera parte de ésta saga, con todos los prejuicios del mundo. Supongo que por eso me pareció que no estaba tan mal. Coches guapos, tías buenas y una trama de policías y ladrones sencillita que ayudaba a hilvanar las diferentes escenas de acción. Creo que la película no es mala, o al menos no es peor que muchas otras a las que la gente da su aprobado. Lo que pasa es que Fast & Furious mete el componente de los coches de tuning, que a muchos nos resulta un poco ridículo. Y por eso tiene cierta fama de peli mala y ridícula.

El caso es que esta cuarta entrega retoma la trama donde lo dejó la primera parte, pasando de los dos subproductos que se hicieron en medio. Esas dos películas si que son malas. Ahí si que nos encontramos ante un videoclip de ochenta minutos con alerones y tetas. Lo que me temo es que probablemente no nos encontremos ante una continuación realmente, sino ante un prematuro remake encubierto. Esto es, la película copiará escenas, ritmos, antagonismos entre personajes y... en definitiva, todo. Y es una pena, porque creo que se puede hacer una buena película de serie B con sus tipos duros y sus escenas para mayor lucimiento del tuning.

El caso es que el éxito comercial está asegurado. La película la entiende todo el mundo, tiene a un tipo con carisma como Vin Diesel (un actor que es mucho más de lo que parece) y que orbita alrededor de los coches, lo que atraerá a mucha gente.

Un producto desaprovechado, hijo del marketing más elemental, y que podría haber sido una película muy digna.

Como digo, una lástima.