Crítica de la película Saw VII 3D por Obi-Wan

Cada año desde el 2004 hemos disfrutado de las trampas más macabras y sangrientas del cine con una nueva entrega de Saw  y de sus sorprendentes finales (si no contamos el descalabro en España de la vergonzoso calificación como X de la Saw 6 que prohibió su estreno en cines normales y su posterior autocensura para poder visionarla en dvd). Como ya vengo diciendo con las últimas partes, la asquerosidad, el ingenio y la originalidad han ido cayendo, pero para los que hemos visto todas y cada una de las secuelas, se había convertido en un ritual ir en Halloween al cine a ver como desangraban o descuartizaban a la peña.

Pese a que la saga de Saw ya no es lo que fue, siento terriblemente que ésta termine. Las pobres cifras de Saw 6 han acelerado el final y se ha condensado lo que iba a ser Saw 7 y Saw 8 en una sola. Y para intentar dar más bombo al asunto, la saga se une al carro del rodaje en 3D. Este aspecto me resulta preocupante, porque puede que se tomen la licencia de simplemente intentar tirarnos miembros humanos a la jeta o mega sierras cortantes que apunten a nuestra entrepierna. La han intentado vender como la más violenta de la saga y sé que parezco un genocida hablando así, pero de verdad espero que así sea, porque se merece un final de traca. Lo malo es que la experiencia nos dice que no va a ser así y se liarán en un enmarañamiento con el guión intentando cerrar la trama pero sorprendiendo a la vez, cosa harto difícil.

El director es Kevin Greutert, el mismo que en la sexta parte. Y los guionistas como viene siendo habitual desde la cuarta parte son Marcus Dunstan y Patrick Melton, a quienes para este gran trampa final han recuperado al Dr. Lawrence Gordon (Cary Elwes) y hasta aquí puedo leer.

Acudir al cine a verla es una cita ineludible para los que hemos disfrutado con esta saga, una de las mejores del género de terror. Yo allí estaré para despedirla como se merece. Como siempre, estómagos sensibles, absténganse.