Crítica de la película Amores Locos por Obi-Wan

Estar ante una película romántica de producción española no es lo que exactamente pueda levantar los ánimos de nadie lo suficiente para querer acercarse inmediatamente al cine. Pero no se puede negar que hay datos concretos que rodean este título que pueden hacer pensar que no sea un film desastrosamente aburrido o previsible.

 Su director y guionista es  Beda Docampo Feijóo, del cual se pueden destacar de su faceta como escritor sus premios conseguidos a la mejor película de habla no inglesa en los Goya y Mejor guión en el Festival de Montreal por El último tren, una emotiva y bonita historia que recuerdo haber disfrutado en el momento de visionado. Ahora nos presenta un argumento que si bien no parece demasiado original, puede adquirir tintes interesantes si se saben conjugar los tiempos, tanto literal como cinematográficamente,  y si su tratamiento sobre los sentimientos no se queda en la superficialidad y consigue que el espectador se sienta identificado con los personajes.

 Desde luego, el reparto es lo que más fiabilidad confiere a este proyecto. Empezando por un siempre encomiable Eduard Fernández (Tres días, El método), pasando por la gran Marisa Paredes (Hable con ella, Frío sol de invierno), Carlos Hipólito (Ninette) o Marta Belaustegui (El principio de Arquímedes).

 Este título se llevó el Premio del Jurado Joven en el pasado Festival de Málaga, dónde se dice que gustó bastante al público. Quizá su romanticismo no sea empalagoso, quizá utilice el humor para frivolizar sus testimonios o quizá simplemente sea una película sencilla de ver y sin más pretensiones que hacer pasar un rato entreteniéndonos con los males ajenos.

 Un voto de confianza, sin lanzar las campanas al vuelo, que puede llegar a distraernos de lo cotidiano.