Crítica de la película Elegy por William Munny

Película formal y tranquila, con una Penélope Cruz justa en su medida, provocadora y guapa, sin salirse del papel exagerando, sin arquetipos, pero inquietante,  junto a un Ben Kingsley siempre con ese punto de loco romántico, desorientado y tremendamente inteligente, que nutre su personaje de cultureta tan bien en el film. Dennis Hopper y él de nuevo son un guiño más de la calma después de la potencia de la juventud de la realidad a la ficción.

De nuevo Isabel Coixet muestra lo complicadas que son las relaciones humanas, apoyada en un texto, pero dejando su cámara el tiempo justo suspendida. Parece que es el tiempo justo y necesario que necesito para pensar como el personaje. De nuevo no importándole la casta social a la hora de mostrar las parejas, totalmente distintas si recordamos La vida secreta de las palabras.

En aquel caso la poesía de un hombre atado al descanso del reposo, en este éste al lado de su vejez y la necesidad de sentirse joven, siempre ante mujeres con las que es difícil consursar, pero se consige con sinceridad llegando a lo profundo del corazón para que no te olviden jamás. De nuevo se muestra predilección por un cine bonito, de historias de amor profundas pero modernas, lejos de idealismos y de pasiones fugaces, de nuevo un cine amoroso pero en una nueva horma. De nueva la poesía que apetece de Coixet.