Crítica de la película Airbender: El último guerrero por William Munny

Ese genial director que siempre me convence, y que a muchos ha terminado por desquiciar después de El incidente, ahora parece que se toma un descanso al menos en eso  sorprender con sus historias, en eso de hacerlas siempre sorprendentes y sacadas de la realidad para llevarlas a ella por otro camino desconocido. En esta ocasión, una serie de dibujos animados, Avatar: the last airbender, muy querida sobre todo el país de Obama, es la base de su última película. Fantasía, artes marciales y lucha por el equilibrio en este tipo de dibujos que nos suenan demasiado porque todos son iguales  distintos a la vez gracias a la industria nipona.

No podemos esperar demasiado de lo habitual de este director para una historia que le apeteció hacer debido al interés desmedido de sus hijas para con la serie. Al parecer después de disfrutarla en familia fue mostrando ganas de meterse en ello a tope y terminó por conseguir el proyecto. Y claro, lo que sí parece que sucede con la película es que sí que está hecha en serio, al contrario que Dragonball, madre mía que horrible película, para en esta de verdad poder disfrutar de la técnica y del esfuerzo de cámara consiguiendo un enorme espectáculo visual que respete las expectativas, las ilusiones y las miradas de los más críticos.

Le voy a dar cuatro estrellas porque hay que lograr abstraerse mucho para creerse una de estas historias de energía, aunque me pongan como protagonista a un experto en artes marciales que no debe de tener más de trece años, pero lo que sí tengo claro es que la capacidad de este experto en comunicar en las grandes salas algo va a ofrecer lo suficientemente bueno como para acercarse y simplemente disfrutar.  Algo distinto en su carrera, algo distinto en nuestras retinas, aunque echaré de menos ese Shyamalan que me sorprendía con cada nuevo loco film sin normas.