Crítica de la película La piel que habito por William Munny

Pedro Almodóvar (Volver o Los abrazos rotos) ya se ha ganado un estilo, como Picasso, como Van Gogh, y encima su cine es bueno, por bien hecho y por que dice y cuenta algo, propio, distinto, extraño y a una vez atrayente. Sus películas caen de vez en cuando sin demasiados cambios, nuevas situaciones pero mismos sentimientos agarrotados. Su cine es de enrevesado personaje, de violenta pasión, de nostalgia y enamoramiento cruel. Y ya está, no hay que buscar ni pedirle más. Es su cine y siempre es reconocido, aunque a uno le haga disfrutar más o menos.

Conozco pocos que me digan que no les gusta lo que propone el director manchego, aunque sí muchos me dicen que es más de lo mismo. La necesidad del cambio de estilo es algo que anhelan quienes no tienen buenas cifras en taquilla, quienes no encuentran una oferta para sus títulos, pero Pedro es un crack, y siempre tiene el reconocimiento de todos, crítica incluida por lo que cambiar a estas alturas dirá él, y pienso yo, es traicionarse a sí mismo.  

Antonio Banderas (Conocerás al hombre de tus sueños) ha aceptado trabajar de nuevo con él, desde Átame que esto no se repetía, y no lo hace porque le encante el guión, aunque así sea, lo hace porque es un honor para cualquier rodar con un grande, porque es de esos que no se pueden rechazar, de esos que siempre dicen mucho en el curriculum de uno. Y el listo de Pedro, se rodea para renovarse, que no es lo mismo que cambiar, de una serie de actrices, sobre todo, base de sus películas, nuevas, vírgenes, pero intratables, savia nueva para sus desazones, para seguir en la brecha, su brecha, la de ser la leyenda de Pedro Almodóvar, un ególatra delicioso. Bárbara Lennie (Mujeres en el parque o Los condenados), Elena Anaya (Habitación en Roma o Sólo quiero caminar), Blanca Suárez (El cónsul de Sodoma) serán las encargadas de abrirse enteramente para sus personajes y al que más quiero ver es a Eduard Fernández (Biutiful o Tres días), desatado enteramente esta vez, eso es lo que les ofrece el rey del cine patrio.

Así que quien sepa que este director le gusta, quien conozca su cine y espere lo mismo, quien esté deseoso de seguir las líneas maestras de este director, que no se lo piense, porque se abre el telón de una obra que nunca terminará, la de las entrañas de dolor amoroso, la de Pedro Almodóvar.