Crítica de la película Tropic Thunder: una guerra muy perra por Iñaki Ortiz

La comedia de sal gorda no está pasando por su mejor momento. Resulta lamentable la exagerada proliferación de parodias de fabricación en serie. Se dedican a replicar con intenciones supuestamente humorísticas los estrenos comerciales del año y rellenar con chistes fáciles sobre temas más fáciles si cabe. Son fotocopias defectuosas de la misma  comedia, cuya copia original se la debimos un día a los hermanos Zucker. Seguramente, una de las personas que más han contribuido a intentar mejorar este gris panorama es Ben Stiller, que sin pretender hacer humor inteligente, al menos ha sido capaz de generar, como actor, director o guionista, algunas divertidas comedias con personalidad propia.

Nunca le han faltado amigos en Hollywood dispuestos a participar de sus gamberradas, y ahora, para esta película que él mismo dirige, se ha llevado a un buen número de famosotes, entre protagonistas y cameos. Para empezar, Stiller sabe que no puede faltar el intérprete que, en mi opinión, reinventa la actuación cómica igual que en su día pudo hacerlo Jerry Lewis o Eddie Murphy. Hablo del incorregible Jack Black, embarcado a veces en películas demasiado estúpidas como Escuela de Rock, pero que últimamente trabaja en proyectos tan interesantes como la original Rebobine por favor o la atrayente Margot y la boda de inminente estreno. En cualquier caso, espero aquí un trabajo más a la altura de la imparable Super Nacho, donde Black consigue crear su propio estilo.

Si no fuera suficiente con tener al par de cómicos más importantes del momento, se une al equipo el impecable Robert Downey Jr. Un actor que juega ya a otro nivel, con interpretaciones exquisitas como la de Zodiac o la de Retrato de una obsesión. Su halo gamberro le vendrá de perlas para esta desfachatez - entiéndase el adjetivo como positivo - perpetrada para buscar la carcajada más gratuita. Quien no sepa nada de su personaje quizá se lleve una sorpresa, o incluso puede que llegue hasta el final sin descubrirlo. Parte de la gamberrada.

El británico Steve Coogan, puede aportar un contrapunto de lo más interesante. Estaba estupendo en A cock and bull history de Winterbottom.  No voy a mencionar a más nombres del reparto para que cada cual vaya descubriendo las apariciones.

Confío en que sea lo suficientemente rompedora y grotesca, como lo fue en su momento Austin Powers, con un humor distinto, inesperado, atrevido, original, fuera de calcos y sin ninguna vergüenza por no parecer "una película". Me da igual si Tropic Thunder se puede calificar como Cine dentro del término más puro, lo único que le pido a esta película es que siga su propio camino al margen de todo y que consiga provocarme la carcajada.

Veremos que nos ofrece el bueno de Ben. Yo no me la pierdo, será todo un refresco veraniego.