Crítica de la película Los juegos del hambre por Iñaki Ortiz

El nuevo taquillazo fantástico juvenil


3/5
26/03/2012

Crítica de Los juegos del hambre
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película Ahora que se ha acabado la saga de Harry Potter y, lo que es más importante, el dinero que reportaba, hay que cubrir el hueco en taquilla. Para eso tenemos una nueva saga literaria, aunque en este caso es únicamente una trilogía. Los juegos del hambre, de la escritora Suzanne Collins, nos sitúa en un futuro apocalíptico con un importante juego en unas condiciones que nos hace recordar inevitablemente a obras anteriores como Perseguido o Battle Royale. No hay problema, también la saga de J. K. Rowling era un refrito de influencias del género, y no estaba nada mal. Parece que Collins ha conseguido una historia que sin ser redonda, es resultona y perfecta para la chavalería, pudiendo ser disfrutada también por los mayores con la necesaria permisividad previa ante algunos desarrollos algo trillados.

Lógicamente, se ha llevado al cine y se ha estrenado este fin de semana con una primer impacto de taquilla superado sólo por, precisamente, la última película de Harry Potter y El caballero oscuro. Vamos, que ya es un taquillazo y todo apunta a que entrará en la lista de los mayores éxitos de la historia. La secuela ya está preparada.

Dirige y adapta Gary Ross, quien como director tiene una pobre filmografía: Pleasantville y Seabiscuit, y como guionista, lo mejor que podemos decir es que participó en la simpática Big. Así que lo mejor que podemos esperar es que adapte el material con cierto sentido común y que en la realización no moleste demasiado a los creativos de los efectos especiales, coreógrafos, y demás profesionales de la épica fantástica. También cuenta con dos buenos profesionales: El exquisito James Newton Howard a los mandos de la banda sonora, y Tom Stern en la fotografía (habitual de Eastwood).

En el reparto, mucho rostro joven, como manda el argumento, pero también tenemos a Stanley Tucci, aportando algo de calidad y ese Wes Bentley que la descubrirlo en American Beauty parecía ser una gran promesa, pero hace ya demasiado tiempo de eso.

No tendrá la calidad de la saga Potter porque trabaja con un material peor y el equipo asociado a la película es menos interesante, pero seguramente será un producto bastante más disfrutable que los vampiros ñoños de Stephenie Meyers. Para pasar un buen rato bien surtido de palomitas y refresco. El taquillazo del año, al menos hasta que llegue el murciélago.



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