Crítica de la película Brave (Indomable) por Obi-Wan

Estamos ante una gran aventura épica, divertida y entrañable, pero cuya trama no goza de la originalidad a la que nos tiene acostumbrados Pixar, aunque si he de reconocerle la fuerza que alcanza la historia narrando la relación entre una hija y su madre. Sus puntos más sólidos, el constante aumento de la calidad técnica de su realización, que vuelve a mostrarse sobre todo con ese paisaje de los bosques norteños y la enmarañada melena pelirroja de una princesa inconformista y sobre todo, un humor válido tanto para adultos como para niños.

Brave innegablemente se convierte en una grandísima película para los más pequeños, una fábula mágica dónde no faltan la tradición, la bruja, la heroína, el malvado, los pequeños bufones, el final feliz... Para los más adultos, pero sin llegar al extremo tan infantil de Cars, se convierte en un título un poco más escaso en contenido, o mejor dicho, un contenido algo manido ya. Esta falta de originalidad que reitero, es porque inevitablemente veo muchas pinceladas de los clásicos Disney en su historia, aunque hay que destacar un detalle importante que la diferencian: Tratándose de una princesa como protagonista,  el tema romántico ha quedado totalmente fuera del guión. Los tiempos cambian y los cuentos para los niños, también, dejando atrás a los príncipes azules que acaban salvando a su amada.

Los más jóvenes, la van a disfrutar a todos los niveles.  Para los más adultos,  se convierte en un visionado muy agradable y, sorprendentemente, consigue arrancar sinceras carcajadas: especial atención a los trillizos. Para los nostálgicos, alusiones claras a mitos como Robin Hood o Braveheart. En definitiva, un entretenimiento correcto con una calidad impresionante, y mucho más que recomendable para los más pequeños.