Crítica de la película Paprika por Keichi

El sueño de un genio


4/5
07/11/2006

Crítica de Paprika
por Keichi



Carátula de la película Puede decirse que en la obra de Satoshi Kon se entremezclan dos tipos de cine. Uno superficial, accesible y sin pretensiones y otro que subyace dentro de cada una de sus pelú€ulas, más complejo y reflexivo. En este sentido, Paprika no es una excepción. Partiendo de un espíritu continuista con su serie de televisión Paranoia Agent, nos vemos introducidos en un Japón actual en el que se ha desarrollado un instrumento que permite a quien lo usa introducirse en los sueños ajenos. Las cosas se complican cuando el aparato es robado y su raptor se dedica a asesinar a sus victimas introduciéndose en sus somnolientas mentes, una idea que recuerda en cierto modo al argumento de Nightmare Detective, de Shinya Tsukamoto. Pero a diferencia de la pelú€ula del director de Tetsuo, la obra de Kon resulta profunda y estimulante para todos aquellos que quieran analizarla y es que Paprika puede verse desde las dos perspectivas ya citadas y funciona igual de bien en ambas.

La nueva obra de Satoshi Kon se mueve entre dos mundos, presentes ya en sus anteriores películas, Perfect Blue y Millenium Actress, pero que esta vez el director ha optado por presentarnos de manera más tangible. Uno es el real, el de todos los días. Otro el onírico, reflejo de nuestras obsesiones, miedos y deseos. El film pasea de un mundo a otro hasta que, poco a poco, ambos mundos se fusionan en uno solo tal y como ocurre en el maravilloso corto Rosa Magnética, dirigido por Koji Morimoto y que el propio Kon guionzára. Sin duda, el director japonés ha sabido modificar la novela original de Yasutaka Tsutsui hasta adaptarla a su propio y particular estilo.

Kon se sirve de los elementos típicos del género fantástico para construir una historia de ciencia ficción que reflexiona sobre los temas clásicos del cine de este director y que pertenecen a toda la generación de cineastas de la escuela de Katsuhiro Otomo: La deconstruccion de la realidad y la pérdida de la identidad como males virales de una sociedad perdida en el consumo de lo material. Los recurrentes temas del suicidio, el aislamiento o la obsesión por la tecnologú, tan propios de la mentalidad japonesa, tienen cabida en este film que aborda numerosas cuestiones de forma brillante. Las referencias al mundo del cine, la recreación de personajes tan creíbles y entrañables como el del obeso científico o el alter ego de la doctora en el mundo del sueño, la brillantez de las transiciones entre distintos sueños y la profundidad de un guión que seguramente gana puntos con cada nuevo visionado hacen de Paprika una película excepcional que demuestra el buen hacer de su director.

A ello contribuye una espectacular realización técnica por parte del estudio Madhouse -que, como de costumbre, se encarga de llevar a la pantalla las criaturas e imágenes propuestas por Kon de forma sublime- y la banda sonora del compositor nipón Susumu Hirasawa -Berserk-, en el que es un trabajo alejado de sus anteriores composiciones pero que puede calificarse cuanto menos de original.

Una vez más, Satoshi Kon apunta alto y demuestra por qué es uno de los directores más prometedores de su generación. Paprika supone en definitiva un cuento que entretiene y permite al espectador profundizar en sus reflexiones si así lo decide. Y es que, como acertadamente apunta Ángel Sala en su libro dedicado al director, Satoshi Kon. Sueños e imágenes sobre un Japón probable, “Kon estabiliza las fronteras entre lo vivido y lo actuado, las superficies de lo real y lo recreado en un todo narrativo que adquiere vida propia".




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Paprika en festivales: Festival de Venecia 2006 , Festival de Sitges 2006 , Festival de Las Palmas 2007




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