Crítica de la película Habemus Papam por Hypnos

Nanni Moretti es uno de los grandes nombres de la cinematografía italiana, si bien en sus últimas películas dista mucho de dar la talla suficiente para tamaño adjetivo. Su interesante Caro diario y su, considerada por la mayoría mejor película, La habitación del hijo, han dado lugar a un Moretti temeroso y, lo peor en estos casos, necesitado de.

Me explico. Tras casi cinco años, Moretti se lanzó con Il caimano, una película que se suponía iba a ser el gran retrato de Berlusconi y que se presentó en Cannes a bombo y platillo y, hasta donde yo recuerdo, inédita en la salas de cine españolas. Años después viene a la carga con esta Habemus papam. ¿Qué tienen en común? Yo creo que la necesidad de Moretti de intentar radiografiar algunas patologías de la sociedad italiana actual. Italia es un país fantástico en el que uno no sabe muy bien cómo, pero es como un sabor de un plato en el que sin saber distinguir bien cada uno de los ingredientes, lo cierto es que te cautiva.

Todo el mundo se pregunta por qué existe Berlusconi en Italia y cómo se mantiene o acerca del papel actual que desempeña la Iglesia, no ya en el mundo, sino más concretamente en Italia y, aún más, en Roma. Son temas que fascinan y que son difíciles de retratar con maestría.

Moretti lo intentará con esta película de premisa argumental cercana a Darío Fo y de la que no se están teniendo buenas críticas en Cannes. Se le acusa de una película amable, de una comedia que se queda sin un sabor que perdure. Y es que no es tan sencillo como parece cocinar un buen plato de pasta y se corre el fácil riesgo de quedarte en lo anodino.

Ahora bien, si esta película se estrena en España, voy de cabeza al cine a ver ese personaje que compone Michel Piccoli.