Crítica de la película Sexo en Nueva York por Obi-Wan

Me esperaba mucho menos, para que nos vamos a engañar. Los que hayan leído la precrítica, pensarán que le he dado la misma nota, así que tampoco podrá haberme ni entusiasmado ni decepcionado demasiado. Pero me gustaría explicarlo bien. Ante todo decir que es mas de lo mismo, que siendo una adaptación de teleserie, es todo un logro ya.

Bajo esa fachada de snobismo, frialdad y ultra feminismo o ultra machismo (depende del malhumorado que lo mire) que puede aparentar tanto la serie como la propia película, Sexo en Nueva York esconde una lectura profunda sobre las relaciones personales, la amistad y el amor a uno mismo que te hacen reflexionar. Ningún punto de vista queda ninguneado, haciéndote ver el otro lado del espejo. Ese es su mayor valor. Paso del retrato que se quiere hacer de la mujer moderna, de las pasarelas, los modelitos o de los zapatos de Manolo Blahnik. Eso solo le añade un punto estrafalario a la trama, pero me gusta mas centrarme en las diferencias de las personas, en como cada uno intenta sobrevivir a sus actos y en sacar una lectura instructiva sobre ello. Como dice alguien a quien aprecio mucho: “no hay que dejarse llevar por estos toques efímeros, es más importante ver uno de los verdaderos handicaps a los que se enfrenta una persona: la soledad en la madurez”

Bien es cierto que la historia es contada por mujeres. Carrie sigue llevando la batuta y sus tres amigas la acompañan. Muchas veces puede resultar empalagoso tanto sentimiento concentrado o extremadamente repelente el tema de la moda con el que a veces nos disparan. Pero nadie puede negar que hay extremos divertidísimos que los compensan con creces y que tras dos horas y veinte de duración, el rato se ha pasado volando.

Me gustaría también valorar que todo aquel que no haya seguido la serie, no sé si se sentirá perdido ante las reacciones de los personajes. Personalmente me he sentido como en casa, haciendo una maratón de episodios seguidos. Si uno de mis temores era saber si la película sería fiel, eso es algo de lo que no me puedo quejar.

Muchos odian a las protagonistas y les repatea el estilo un tanto trasgresor que tiene Sexo en Nueva York. Desde luego para ellos no va dirigida esta cinta. Pero para los que disfrutaron con las seis temporadas, puedo asegurar que aunque haya algún momento un poco más flojo, el visionado merece la pena. Aconsejo sobre todo ir en buena compañía, abrir la mente y poder comentar después lo que queda tras aquello que los enemigos de este título siempre se empeñan en criticar.