Frédéric Pelle llega con sus maletas de nuevo director con su opera prima La tête ailleurs en la sección Nuevos Directores de Zabaltegi. Y llega con una película, como él, de la vecina Francia que desatan en mí muchas ganas por verla, disfrutarla y valorarla. Y os explico porqué.
Sabemos lo que vamos a ver. Bueno, no sabemos a partir de qué historia se va a valer el director para exponer su particular visión del mundo. Pero al final eso no es lo que más importa. Lo que importa de verdad es cómo, hacia dónde quiere ir, qué mecanismos y herramientas utiliza para sacar adelante esos valores, esa preocupación por el medio, por el ser humano, en defintiiva, por el mundo. Me gustaría ver una historia que trabaje la soledad, el tiempo, los proyectos, el destino, el futuro y el pasado...Un drama sicológico que entre dentro de lo más hondo del personaje y nos deje verle por dentro. Y que la sociedad vaya en continuo movimiento con él, como el sol y la luna, que haya día y noche, lugar para la risa y para el llanto, que evolucione su medio y que le influya. Un viaje por la vida de una persona como nosotros. Creo que puede ser una película para plantearse mucho el lugar y las razones por las que estamos donde estamos, vivimos donde vivimos y somos lo que somos. Humanista.