Crítica de la película No me pidas que te bese porque te besaré por William Munny

La verdad es que se trata de una comedia romántica que no me apetece, primero porque no parece que sea tan romántica como comedia, se disfrazan y al final defraudan, y segundo porque ese tono tan sincerote y hasta inocente de los protagonistas de los guiones del debutante director, antes como escribano en Va a ser que nadie es perfecto, Planta 4 o Tu vida en 65 minutos, no terminan de entrarme y acabo por desesperar entorno a la falta de verosimilitud.

Las situaciones sanas entorno a la buenas intenciones han plagado el cine de siempre, al menos de producciones menores, este caso es más o menos una versión mejorada de esto que comento. Aunque no nos vamos a aburrir y tampoco a cabrear, tampoco podremos decir que nos entretendremos del todo. Una situación adolescente en cuerpos de mayores. En definitiva, no una película ñoña pero sí un tanto demasiado feliz con una cámara sencilla a su lado sin demasiadas pretensiones.

Eloy Azorín (Los Borgia o Skizo), y Teresa Hurtado (de la serie Cuenta atrás o en Las 13 rosas) son los encargados de ser la pareja protagonista entorno a la que acontece todo. Los secundarios seguramente fundamentales y talentos ocultos que pocos se deciden a invitar a una oportunidad, ya lo verán ustedes.