Crítica de la película La última canción por Obi-Wan

La impresión de que estamos ante uno de esos culebrones melodramáticos de televisión de un sábado por la tarde es inevitable. Una pastelada lacrimógena que a muchos se nos quedaría atragantada a la primera cucharada. Pero para los que disfrutan de este tipo de cine, lanzaremos un poco de luz a este film.

 Está basado en una novela escrita por Nicholas Sparks, a quien ya le han adaptado para la pantalla grande títulos como El diario de Noa, Mensaje en una botella o Querido John. Si bien queda claro el trasfondo sentimentaloide de estas películas, todas ellas gozaban de cierta calidad. El gran problema del título que nos ocupa es si Julie Anne Robinson en su primer largometraje dirigido tras una larga trayectoria en series de televisión, sabrá insuflarle convenientemente emoción y  romanticismo, sin caer en el tedio o la cursilería evidente.

 Su protagonista será Miley Cyrus, el icono adolescente protagonista de la serie Hannah Montana que ya ha sido llevada dos veces al cine. No es que quiera juzgar su trabajo antes de verla, pero resulta difícil separar esa visión que tenemos de ella rodeada de miles de fans gritando y llorando, con lo que exactamente no da la credibilidad necesaria para el público más adulto.

 Sea o no sea tu opción principal de la cartelera ver un drama romántico, aviso a navegantes. Tiene una pinta tan horrible como su propio cartel indica.