Crítica de la película Yo, Robot por Iñaki Ortiz

Nadie sabe por qué los robots...


4/5
13/08/2004

Crítica de Yo, Robot
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película

El tío Dollar.



No creo que el proyecto de Vintar (uno de los guionistas – el mago) y Proyas (el director) fuera lo que he visto en el cine. No creo que la propaganda estúpida de zapatillas, los saltos acrobáticos a tiros y las persecuciones a mil por hora de Machote Smith estuvieran entre sus previsiones. Dudo que la elección de este actor saliera de la boca del director, y mucho menos su caracterización del más fresh príncipe de bel air. Sospecho que la relación con el chavalete que grita indignado “no pueden hacer esto! ¿y los derechos civiles?” proviene de uno de esos trabajos sucios que no tiene reparos en hacer el otro guionista, Akiva Goldsman, sicario de Hollywood que jamás se arriesga a aburrir a la masa, el guionista ideal para la próxima adaptación del Código DaVinci.

Creo que todo esto es de esa entidad desenmascarada por el compi Romulo y Remo: el tío Dollar. Ese odioso pariente que odio ver rodeándonos, cual dementor, salpicándonos con estropicios de Verne, con Torques y Van Helsings, con días de Mañana...

Pero lo que me revienta de verdad es que si esta película no es mejor, si esta película no es de cinco estrellas, no es porque tío Dollar no se haya esforzado más en buscar a un buen director, guionista etc. No. Es porque a tío Dollar no le ha dado la gana que lo sea. Porque tío Dollar no les ha dejado a Vintar y a Proyas seguir adelante con su complejo proyecto detallista, intimista y con algo de acción. Porque ha entorpecido la que podría haber sido una grande.

I.A.



Soy un fanático de la inteligencia artificial y de todas sus consecuencias. Devoro cualquier película que me plantee el más mínimo quid sobre los posibles pensamientos de una máquina, sobre la conciencia en sí misma de SkyNet, sobre los sueños de los replicantes, sobre el amor de un niño que no es de verdad. Y como tal, esta me ha encantado, la parte que no ha derrumbado el odioso tío. Si en IA veíamos más el impacto social de un robot de gama alta, aquí nos centramos más en la naturaleza misma de la inteligencia artificial, en su desarrollo y evolución; y se teoriza sobre la imposibilidad del control total de una mente pensante. Mucha miel para tío dollar.

Vintar, el mago.



Los sueños de los robots, las incógnitas, nadie sabe por qué los robots tienden a juntarse en una sala vacía. Los segmentos de código aleatorios. El robot mesías al que miran sus compañeros menos evolucionados, el mundo interior de Sony... Todo eso me ha resultado increible, digno de la más respetada obra maestra. Bravo por Vintar (sospecho su mano tras todo esto, por lo que vi en Final Fantasy).


El fracaso de las 3 leyes.



Se nos muestra como las 3 leyes están a la larga abocadas al fracaso. Y la conclusión además de ser limpia y no tramposa como podría esperarse, es también un reflejo de una realidad social. Cada libertad que se corrompe en nombre de la seguridad está siendo un claro ejemplo del uso de la primera ley. Claro que en la realidad las libertades se corrompen con fines muy dispares... pero lo que se vende a la masa es eso.

Esto es un claro ejemplo de ciencia ficción, esa que esperaba yo: a la vez que se teoriza sobre cuestiones científico-filosóficas se muestra una realidad política de hoy en día (y eso sin tener que ver un documental de Moore).

Todo esto es una muestra clara que no se puede pretender crear una mente compleja imponiéndole restricciones absolutas, pues estas restricciones limitan el libre desarrollo de una inteligencia plena, en la cual todo puede ser cuestionable. Además podemos aplicar esto a un aspecto más cotidiano: el creer ciegamente en ciertas normas de comportamiento o bases de ética nos puede llevar a conclusiones equivocadas, pues es poco recomendable dar a una premisa un 100% de credibilidad. El encontrarnos esto en una película veraniega de efectos especiales es de lo más reconfortante y es una muestra clara del material en el que se basa la película.

Lástima que sobre estos temas encuentre un pequeño fallo de índole científica. Y paso a exponerlo. Es correcto que sólo una mente evolucionada como la de Viky haya sido capaz de imaginar un plan de tal envergadura donde su lógica es impoluta. El plan de cuidemos a la humanidad. Pero, así como diseñar un argumento lógico requiere de cierta cualidad intelectual, la validación del mismo (esto es, la comprensión de que esta lógica es correcta) no requiere una habilidad mayor de la que poseen los robots más simples de la película. Es decir, en el que momento que Viky mostrase su lógica al resto de sus compañeros cibernéticos poco se podría hacer para convencer a estos de que no obedecieran la lógica clarividente de Viky (como en la escena en que Sony finge estar de acuerdo, en realidad cualquiera de los otros robots tendría la misma reacción sin fingirla).

Esto, claro está, nos llevaría a la imposibilidad de un guión tajante y sencillo como el de matar a Viky, y todas las variantes que podrían darse (desde el final triste, hasta el final Independence Day) no son aceptables, bien por el público sano o bien por los productores. Perdono por tanto este desliz.

En conclusión:



Esperaba ciencia ficción y he tenido ciencia ficción, podría haber sido mucho más pero es lo que es, y en vez de lamentarme prefiero aprovechar lo que le queda limpio de tío dollar. Más cosas se podrían decir, pero ya he aburrido sobradamente al personal.



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