Crítica de la película Argo por Iñaki Ortiz

Operación Hollywood


4/5
23/09/2012

Crítica de Argo
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película Ben Affleck es un tipo listo. No tiene un talento especial para dirigir como tampoco lo tenía para la interpretación, sin embargo, en su nueva faceta de director es capaz de crear un producto como este que contenta a la crítica y se gana el favor del público. Eso, sin talento, no es fácil. Es verdad que usa todos los caminos fáciles, sin un ápice de innovación. Es cierto que no hay ningún plano especialmente reseñable, ni tiene un fondo especialmente rico este guión. Pero el caso es que funciona. Y sobre todo, es honesto: no quiere ser más de lo que es.

¿Y qué es? Una jugosa historia basada en hechos reales que con un poco de maquillaje de ficción luce muy resultona. Maquillaje, que no engaño, no se hace un ronhoward y cambia completamente los hechos, simplemente los adorna. Lo avisa desde la elegante introducción, que el mismo Affleck explica para qué sirve: ofrecer los antecedentes históricos necesarios (lo real) y mostrar una estética de comic que nos anuncia lo que será la película (entretenimiento). Además de su función, hay que destacar esta introducción como uno de los valores visuales más interesantes de la película -no olvidemos la afición a los comics del director. Además, nos deja claro que esta no será una propaganda pro-USA. No, se cuenta sin tapujos las perrerías que la CIA ha hecho con Irán, colocando un Sha a su gusto. Quizá por esto, por este prometedor punto de vista despatriotizado, me resulte más sangrante ese plano hacia el final, en el momento de la reconciliación con la mujer -ya de por sí innecesaria- y con la bandera hondeando en la puerta. ¿A qué ha venido esa salida de tono, Ben? Lo estabas haciendo bien. En cualquier caso, la intro abre boca, y la trepidante secuencia inicial de asedio a la embajada nos mete de lleno en la acción.

Por otro lado, Affleck sabe que siempre viene bien un poco de humor. La verdad es que la historia se lo pone en bandeja. Chistes internos de Hollywood, producciones frikis, referencias variadas e incluso una pequeña autoparodia: se le podría enseñar a dirigir hasta a un mono. John Goodman y Alan Arkin son decisiones intelegentes que funcionan de maravilla en sus cómodos papeles. Aunque para cómodo, el rol protagonista que se reserva para sí mismo. Vuelve a ser listo: es bien consciente de sus limitaciones como actor, pero sabe que este chico bueno de la CIA sin apenas matices emocionales le queda de miedo.

Sumamos a todo esto un buen thriller de espionaje al estilo de los setenta, que parece ser que es la época que le chifla al dire. No añadamos ni cambiemos nada, con el contraste de humor Hollywood será suficiente para que la película tenga un aire nuevo. Sin despliegues ni modernidades, sabe mantener la tensión hasta el último momento, jugando todos los ases en la manga que, eso sí, todos sabíamos que estaban ahí. Pero miramos para otro lado, porque el juego es más divertido, y porque siempre será un sinvivir cruzar la seguridad de un aeropuerto en un país enemigo.

Argo toma su nombre de la supuesta película que ruedan en la ficción, pero creo que sería más adecuado (aunque menos elegante) que se llamase como la misión: Operación Hollywood. Y es que eso es lo que ha conseguido Ben Affleck, volver a demostrar que también se puede hacer un producto comercial al gusto de todos, sin pretensiones de pasar a la historia. Quizá mañana no recordemos mucho de la película, pero si dentro de veinte años la revisitamos, os aseguro que la disfrutaremos igual.



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