Crítica de la película Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres por Olmo

Pluma y cámara


5/5
07/01/2012

Crítica de Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres
por Olmo



Carátula de la película Gracias a la pluma de Stieg Larsson muchos de nosotros disfrutamos de lo lindo con la trilogía Millenium. Y es que este escritor quedará como un mito de principios de siglo lo quieran o no. Lo confieso, me declaro fan, seguidor, freaky (como se le quiera llamar) de Millenium. He desayunado con Salander, almorzado con Mikael Blomkvist y cenado con la señora directora de la revista Millenium Erika Berger en más de una ocasión. Y por si alguno lo dudaba, me he acostado con ellos también. La literatura puede ser eso y mucho más. Pero el verdadero poder de esta trilogía no reside en la mágica y fría Suecia, su intriga o denuncia que también. La potencia en bruto de estos libros se encuentra en la sencillez de discurso, la humildad de sus conceptos y la facilidad expositiva. Por fin algo que llegue a todo el pueblo. Para los que son lectores asiduos fue poner los pies en la tierra. Para los que no, una droga sana que estimula a cualquier neurona vaga

Sin embargo, la labor de un precrítico no es escribir sobre libros que también si viene al caso. Pues bien, es el caso. Millenium, los hombres que no amaban a las mujeres tuvo su adaptación cinematográfica made in Suecia hace ya unos años pasando con más pena que gloria por nuestra cartelera. Si bien es verdad que la autenticidad de la producción sueca y de sus actores era su máxima expresión de calidad. Lo digo todo. Uno siempre espera perder cuando se trata de llevar al cine un libro que leyó a destajo. Pocas veces sale uno ganando pero hay unos mínimos. Lo pequeño no tiene que ir ni a menos ni a más, mantenerse es la clave. Pero no dieron con esa tecla. A pesar de todo esto, uno siempre agradece que se lo cuenten como sólo el cine sabe hacerlo. Llenando vacíos que diría Rocky Balboa.

Y para llenar esos vacíos entra en acción el dueño y señor de la cámara, fotografía y juego de colores. Un loco del retrato, hablamos del señor David Fincher (Seven, El club de la lucha). Con Fincher uno espera sacarle las tripas a cada uno de los personajes, correr antes de que te pille una escena, aprender a respirar, coger aire, echarlo poco a poco sin darnos cuenta de que seguíamos sentado mientras el cine entra y entra directamente por los ojos hasta nuestro más íntimo yo interior. Saldrá victorioso si consigue ser un director de orquesta que toque a gusto de todos y la melodía sea pegadiza, rindiendo homenaje a la pluma de Larsson pero cumpliendo con el cine de Fincher, sacando las uñas pero afiladas, sin dejarse perder, ingenioso siempre.

Quienes van porque son lectores declarados de la trilogía la disfrutarán porque Fincher anda detrás y la llenará de explosión, acción y tensión: Hollywood. Quienes no respondan a este perfil también la disfrutarán porque habrá tantas páginas en cine que todo cuadrará a la perfección. Hollywood y espectáculo por un lado, pluma y cámara por el otro. Hambre dificil de saciar. El reparto me da un tanto igual, aquí está en juego el honor de unos libros que han dado la vuelta al mundo y han despertado a lectores de media Europa. Por ellos, por Larsson y sobretodo por David Fincher que ha aceptado esta responsabilidad. Pluma, cámara y acción.




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