Crítica de la película La guerra de los mundos por Iñaki Ortiz

Reflexiones y excusas para darle un cuatro...


4/5
06/07/2005

Crítica de La guerra de los mundos
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película Mierda.
Esta era clara: la veo a gusto, Spielberg hace su trabajo, el guión no apesta y le doy las cuatro estrellas de rigor. No hay peligro de cinco. No pueden ser cinco, no deben ser cinco, ya van demasiadas, y mi prestigio precrítico, si existe aun o ha existido alguna vez, quedaría por los suelos, y varias de ellas en superproducciones para más inri.

Pero no me esperaba esto. Dios mío que emoción en toda la película, si no suben al dichoso ferry me da un síncope. Pero no puedo darle cinco. No, diré que es tan solo una película de extraterrestres al fin y al cabo. Pero no, no lo es. En toda la película creo que no dicen una sola vez la palabra “extraterrestre” (equivalente a lo suyo en “Primer”). En realidad era lo que tenía que ser, una película de catástrofes. Como “Deep Impact”. Eso es, mejor todavía: “es tan solo una película de catástrofes/monstruo”, como las de Ronald Eimmerich. Ni nombrar a ese hombre, comprando con “Independence Day”... no, no valen las comparaciones. Es una película de amenaza masiva, como “28 días después”.

Pero es que casi me empiezo a masturbar con el traveling circular imposible in&out del coche. Joder, mira que se ha avanzado en esto de rodar en coches en movimiento, pero esto ya es el paso definitivo, y si alguien lo tenía que dar era el creador de “Duel”. Pero no me voy a dejar embaucar por una dirección efectista. Ni de coña, todo lo contrario, la dirección de Spielberg no puede ser más humilde cuando quiere. Graba casi siempre a pie de calle, donde te importa la gente. Con cámara en mano a veces. ¿Y si tiro por el tema de Spielberg mete la directa, etc.? ¿Cómo decir eso después de ver la escena del tren ardiendo? Con Steven una imagen vale más que mil guiones. ¿Diré que resultan anticuadas las creaciones mecánicas. ¡Pero si es brillante el diseño de los trípodes! Esos “ojos” que parecen tener y que miran impávidos mientras aniquilan con frialdad y eficacia, uno a uno. Porque eso sí que acojona. Si uno ve una tanda de explosiones arrasando a la gente sabe que todos mueren y punto, mala suerte. Pero uno a uno te duele cada uno que muere, porque todos tienen la oportunidad de escapar. Y esa forma de salir del suelo. ¡Oh! Y debo evitar hablar de la primera emergencia de la tierra, con ese edificio moviéndose de sitio, diría yo otro hito de fx, sí, mejor no comentarlo. Y ese sonido ATERRADOR, ATERRADOR. ¿Sonido? Quizá me meto con Williams... bah, no digas soplapolleces.

Vale, Steven es intocable, está claro, sólo desde esa tormenta inicial que pone los pelos de punta, y no por la estática, ya queda claro. Pero debo encontrar un punto negro... Quizá... sí, la voz inicial y final. ¿Anticuada? Pero si me ha encantado ese homenaje, con el tono en que habla, y las cosas que dice. Me ha metido de lleno nada más empezar, con ese guiño a los microbios ya desde el comienzo. Y al final, cuando dice que el hombre no vive ni muere para nada... ¿se puede explicar de una manera más sintética y poética la selección natural y en general la teoría de Darwin? Una reflexión interesante acerca del sentido de la vida desde un punto de vista hereditario, para nuestros hijos y sus hijos... Bueno, vale, pero tampoco me voy a poner a contar esta sarta de tonterías en la postcrítica.

Me meto con Tom. Debería ser fácil. Vaya, Cruise siempre me gusta, y esta vez también y mucho. Está claro: el guión. Pero si la relación familiar (¡qué hijoputa, spielberg usa a los marcianos para volvernos a contar la misma puta historia de padre e hijo, con padre que no cumple su función de padre correctamente, claro) está contada de maravilla. Y el enfoque tipo “Señales” es de lo más adecuado, no vemos al presidente. Claro que a los americanos no les ha tenido que molar mucho la película, el protagonista sólo se preocupa de sí mismo y de su familia. Y a la patria que le den. El desarrollo de los hechos es de lo más adecuado. Los diálogos son como a mí me encantan (es decir, me los creo). Koepp se sabe lo que se hace y Friedman tiene pinta de haberse dedicado con esmero a este guión. Seguro que se lo presentó a Spielberg y este le pidió a Koepp que lo puliera. No lo sé. Me gusta mucho que al final no termine con que los hijos por fin creen en su padre y tal y cual. Simplemente se abrazan porque no están muertos, muy bien hecho. El guión...

Ya lo tengo. Toda la escena de Tim Robins. Demasiado oscura y macabra para mi gusto. Tiene un final importantísimo pero tiene muchos momentos lentos o repetitivos, en plan escondite. Sí, ahí me he salido un poco de la película, incluso se me ha podido hacer larga. Aunque no me disgusta después cuando Cruise le mete las granadas por el culo a la máquina. Al fin y al cabo ya lo habían hecho en Osaka (seguro que un kamikaze). Lo creo necesario, no puede ser que dejen a cero a la humanidad, que por mucho escudo que tengan, uno al menos habrá que derribar, antes de ser humillados por los putos microbios. Pero volviendo a Tim Robins (que además hace un papel parodia de Mistyc River), toda esa escena con ese rollo de la sangre, la pedofilia y demás, me parece innecesariamente sóridida.

Sí señor, y por eso, con toda determinación y sin dudarlo, no le doy la quinta estrella.

Cuatro... ¿ha colado?


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