Crítica de la película Sunshine por Iñaki Ortiz

Para mí es una de las películas más esperadas del año, para otros no tendrá ningún interés.

No tengo vergüenza y lo digo bien alto: soy fan de Danny Boyle. Alguno me dirá que le perdono cualquier cosa desde que nos regalara esa obra maestra que es Trainspotting, y posiblemente esté en lo cierto, pero es que incluso en sus peores películas he podido obtener algo para mi disfrute.

Y ahora hablemos del complemento director - guionista. Al director ya lo he citado y el guionista es Alex Garland. Garland escribió la novela de La playa y seguramente eso hizo que se unieran más adelante como director y guionista en ese refresco del género que es 28 días después. Para algunos seguramente otra película de “zombies” (lo entrecomillo por lo dudoso de este término en este caso), para mí impecable.

Boyle, después de serle infiel con otro reputado guionista inglés en Millones con irregulares resultados, vuelve a trabajar con Garland para traernos una de esas películas de ciencia ficción en las que se tiene en cuenta que en el espacio no hay gravedad. Una ocasión perfecta para que Boyle despliegue un concepto estético que llegue a ser con facilidad más importante que el propio contenido. Una ocasión para que Garland vuelva a imaginar historias con situaciones extremas y viajes lejanos. Puede funcionar.

En el reparto repite Cillian Murphy, un actor que ya se ha ganado todo mi interés desde que le descubriera en 28 días después y posteriormente en películas como Batman Begins, la joven de la perla o Desayuno en Plutón, seguramente su interpretación más completa. Pero hay más gratas sorpresas, ahí está Michelle Yeoh, esa gran actriz oriental que ya vimos en Tigre y Dragón o en la decepcionante Memorias de una Geisha. Aunque del resto del reparto podríamos encontrar unas cuantas películas conocidas en las que han participado, no son demasiado reconocibles.

Todo pinta bien para los amantes de la ciencia ficción que no se basa en derribar edificios a golpe de efecto digital. Seguramente un fino viaje que nos llevará a un buen destino si decidimos embarcarnos sin miedo.