Crítica de la película En busca de la felicidad por Iñaki Ortiz

Sí, un padrazo


3/5
10/02/2007

Crítica de En busca de la felicidad
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película No es una historia sorprendente ni original. No es nada del otro mundo pero te mantiene el interés, a veces la tensión, otras la congoja hasta el último minuto, y eso, sabiendo de antemano indefectiblemente como terminará. Porque, naturalmente, no puede tener otro final que no sea el feliz, no tendría sentido de otra manera contar esta vida real.

Una vida real increíble, sí, pero como es real se supone que nos tenemos que creer cada punto. De no haber sido ficción no habría dudado en tacharla de exagerada y poco creíble. Pues bien, está basa en hechos reales, y ya sabiendo esto vuelvo a tacharla de exagerada y poco creíble. ¿Por qué? Porque puede ser todo verdad, desde el primer segundo hasta el último, puede ser un calco de realidad la escena del cuco de rubik en el coche, que de otra manera parecería torpe y forzada. Puede ser real el jugar al todo o nada y que una persona tan lista no haya sido capaz de encontrar un empleo intermedio en tanto tiempo, si no fuera real diría que no tiene demasiado sentido y que sólo ayuda a enfatizar la presión. Puede ser real la relación de la pareja, ella malvada y egoísta y él recto e íntegro, pero si no lo fuera diría que no me lo creo, que si él se dedica a la quijotesca empresa de vender esas máquinas en lugar de tener un empleo consistente mientras ella trabaja pesadamente  hora tras hora, quizá las cosas no sean así, tan fáciles y tan simples como se pintan. Pero, no puedo decir todo eso porque hablamos de realidad. ¿o no? O quizá se han tomado licencias. Quizá no, no lo sé, y como no lo sé, tampoco me importa, porque en la tremenda reducción que supone ver una película de dos horas yo veo sólo el resultado final y eso es lo que debo criticar, así que, real o no, quizá se le puedan achacar ciertos defectos comentados.

Por supuesto, todo esto es lo de menos. El guión es lo de menos. Como lo es la dirección, correcta y escondida. Nada importa, excepto la interpretación de Will Smith que debe sostener toda la película, haciéndola creíble, consiguiendo ganarnos para el personaje, transmitiendo la emoción que de otra manera no nos llega. El resultado es sobresaliente. Consigue forjar el mejor papel de su carrera, con una traca final en el momento en el que recibe la buena noticia al final, con un primer plano que cae sobre él como el peso de todo el equipo de la película. Impecable. Enhorabuena señor Smith. Y al Smith júnior también hay que darle felicitaciones y buenos augurios. Se mueve como quiere, natural y fresco, además de gracioso.

La película ha cumplido. Ha sido emotiva y entretenida pero sobre todo ha servido para lo que estaba pensada: un buen vehículo de lucimiento de la estrella.



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