Crítica de la película Margot y la boda por Iñaki Ortiz

Noah Baumbach demostró hace un tiempo, con su premiada película Una historia de Brooklyn, que puede arreglárselas perfectamente solo, sin necesidad de cobijarse a la sombra de ese punto de referencia en el cine independiente que es Wes Anderson.

Hizo un gran trabajo mostrándonos una historia de personas, centrada en las relaciones familiares, sin perder el toque del género, pero con un estilo infinitamente menos caricaturesco que su trabajo como coguionista en Life Aquatic.

Ahora nos trae otra película de la misma temática, seguramente no tan personal pues recordemos que, en la anterior, su propia familia tenía mucha presencia en las motivaciones que movían el guión. Aun así, también espero que más madura y elaborada.

El título de la película inicialmente iba a ser Nicole at the Beach, en referencia clara a la película de Eric Rohmer, Pauline en la playa. Toda una declaración de intenciones que define la búsqueda de ese toque del cine intimista francés que chocará con el estilo visual urbano de, una vez más, el Bronx.

Si en su anterior película contó con unos excelentes intérpretes, en esta ocasión no se queda atrás ni mucho menos pues la protagonista absoluta y quien se apropia de la Margot del título, es Nicole Kidman, de quien diremos una vez más sin miedo a cansar que es una de las mejores actrices en activo. Una de las pocas que puede permitirse ser ella la protagonista y no la réplica femenina del actor de turno. Acabamos de ver un ejemplo claro en Retrato de una obsesión, en la que Kidman está impecable y maneja a la perfección el personaje de Diane Arbus. Otro ejemplo muy positivo es Reencarnación. Por esta vez no mencionaré los ejemplos no tan positivos, aunque todos sabemos que también hay unos cuantos. El título inicial que he citado antes, Nicole en la playa, también deja claro hasta que punto es una película cortada a la medida de la actriz.

Junto a esta elección tan sólida, otra audaz: el incorregible Jack Black, que un día te hace una tonta comedia romántica como Vacaciones y otro se embarca en una superproducción como King Kong. Lo mejor, su original e innovadora interpretación cómica en Super Nacho. Es el elemento cómico necesario para un director como Baumbach.

Casi se puede decir lo mismo del extraño John Turturro, a quien le hemos visto comedido recientemente en El buen pastor o más desatado en La ventana secreta. Cerramos la lista de buenos intérpretes con Jennifer Jason Leigh, cuyo personaje se llama Pauline, por si a alguien le quedaba alguna duda del homenaje. A esta actriz la hemos visto en proyectos tan dispares como The Jacket, Palíndromos o El maquinista.

Sin duda una buena opción para los amantes del cine de personas hecho con gusto y con gracia, una película que avanza desde el homenaje y que cuenta con un reparto no sólo de lujo sino además preciso. Atención a la fotografía de Harris Savides, quien ya se ha lucido con Zodiac y ha sido certero con Reencarnación. Ahora espero que sea delicado.

Muy buenas vibraciones.