Crítica de la película Confesiones de una mente peligrosa por Hypnos

Una joya


5/5
24/06/2004

Crítica de Confesiones de una mente peligrosa
por Hypnos



Carátula de la película La historia del que para muchos fue en Estados Unidos el pionero de la televisión basura nos viene que ni pintada a los que cada día debemos lidiar con la parrilla televisiva de este país. El punto de partida del libreto es una autobiografía de Chuck Barris que se le pone un poco más fácil al talentoso Kauffman (el hombre de la voz en off), un auténtico genio que con sus ideas frescas nos descongestiona de tanta mierda que tenemos que tragar los que no podemos estar más de una semana sin ir al cine.

Se me hece difícil centrarme en esta post, porque acabo de ver la película, y estoy como en una nube; pero por encima de un análisis sosegado y frío quiero transmitir, mejor dicho, aprovechar el momento de inspiración que transmite la película.

El talento de Kauffman era algo que me esperaba, que conocía, y que no me ha defraudado. Lo que no conocía, ni esperaba, y me ha dejado de piedra, es el portentoso talento tras la cámara de George Clooney. Nos encontramos ante uno de los debuts cinematográficos más sobresalientes de los últimos años. El guión estaba bien trenzado, pero era complicado de mantener sin caer por el precipicio. Y Clooney lo ha aguantado, y ¡cómo además! Exquisita planificación, con planos de todo tipo, jugando con las simetrías (la escena del encargado de comunicaciones dándoles una charla a los concursantes del programa de citas), con los puntos subjetivos (cuando apunta al cómico con la cabeza metida en una bolsa), mostrando y ocultando, o demostrando que tiene unas ganas de rodar ingentes (la escena en la que el personaje de Clooney le da a Sam Rockwell la misión a Berlín en los baños); o la escena de la propia muerte del personaje de Clooney, en la que demuestra un gusto exquisito por el tratamiento de la luz, como ya lo había hecho anteriormente por las calles nevadas de Helsinki, o cuando una de sus primeras novias le dice que no está embarazada, sino que ha sufrido un retraso, o cuando se encuentra con esa "sirena" criticona en la fiesta. Memorable también me parece la escena en la que muere Julia Roberts. Y tantas y tantas otras que me dejo en el tintero. Me he quedado prendado de la inteligencia que ha exhibido Clooney en esta película.

Igualmente me han encantado los actores, donde sobresale un maravilloso Sam Rockwell (ganador de un Oso en Berlín por esta actuación); y un hilarante cameo de Pitt y Damon como perdedores del concurso de las citas. Y es que la mala leche que contiene la película, tanto en las actuaciones, como en la pluma de Kaufman, como en la concepción de Clooney, hace que uno se deleite como hacía tiempo que no lo había hecho.

No sé, estoy extasiado, estoy desorientado, no sé si vosotros habréis experimentado lo mismo, pero es que cada vez que descubro que el cine está vivo, no puedo contenerme.

Esta película es una JOYA.


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