Crítica de la película Memorias de Queens (A Guide to Recognizing Your... por Iñaki Ortiz

El argumento de esta película no es precisamente un derroche de originalidad. La historia es tan conocida que sólo puede ser lo que es: la adaptación de una biografía del propio autor. Sin embargo, tiene algo que la hace diferente, quizá ese “algo” se pueda expresar como “ganas”.

Dito Montiel tiene los arrestos de presentarse a sí mismo, con su propio nombre y ser eficazmente duro con su propia persona. Aparte del inmenso placer que provoca a los postpost como yo que el autor esté dentro de la obra, esto consigue ofrecer un carácter genuino añadido. El realismo bien entendido no significa ver pasar la gente por la calle, significa que te creas lo que pasa, y este juego de un autor escribiendo las historia de un autor que es él mismo, que ha escrito un libro sobre su propia vida, que es viene a ser parte de la película, es algo que ayuda mucho a que te creas que todo eso es verdad, lo sea o no.

Ayuda también la ambientación de un verano caluroso y unas secuencias que te manchan de vida, te salpican la cotidianeidad. Entra por los ojos, y entra por lo oídos. Se ha hecho antes, me viene a la mente Sleepers, pero es que esta vez Montiel lo ha hecho muy bien, mejor. Uno de las grandes virtudes del film.

Y desde luego, lo que más ayuda a creerte cada plano es el inmenso trabajo de los intérpretes, para mí, de calle, lo mejor de la película. Los experimentados no defraudan. Chazz Palminteri elabora una interpretación un poco a lo Christopher Walken, acertadamente excedida. Robert Downey Jr. da lo mejor de su pasión en un papel no demasiado extenso en el que es el centro de la trama. Tampoco es una sorpresa que Rosario Dawson sea algo más que un cuerpo escultural para lucir portadas. Ella y Downey Jr. vibran en una de mis escenas favoritas, el reencuentro a través de la ventana, bellísimo.

Quizá lo más llamativo sea el magnífico trabajo de los chavales, de todos, encabezados por un Shia Leboeuf que promete mucho. Los enfrentamientos con su padre son impecables, casi te violentan. En general nadie cojea, todos los actores hablan cuando deben, que precisamente es cuando el personaje no debe, las discusiones caóticas son gratificantes.

Aunque el argumento no sea nada original, el desarrollo es, especialmente al principio, algo intrincado y contiene licencias independientes como las maravillosas presentaciones de los personajes, en las que explican parte de lo que sucederá. Lástima que esta idea se diluye un poco con el transcurso de la película y pasa a tener un estilo más convencional.

Por todo ello creo que este es un gran trabajo, que como ya he dicho al principio no nos cuenta nada nuevo, nos habla una vez más de las dificultades de la calle, de los choques raciales, de la violencia de la juventud, de la  transmisión del dolor, y de las relaciones padre-hijo. Pero a la vez están muy bien tratados los defectos humanos, las equivocaciones, la irracionalidad, el dolor que nos provocan los demás sin pretenderlo, los complicados recodos de la amistad.

Una película que se siente desde sus imágenes intensas hasta sus interpretaciones aún más intensas. Un trabajo sincero pero no por ello simple.