Crítica de la película Cold Mountain por Hypnos

Una tragedia


5/5
24/02/2004

Crítica de Cold Mountain
por Hypnos



Carátula de la película Mucho me temo que los temores que ya adelantara en la precrítica se concretan en la postcrítica (en esto creo identificarme con el personaje de Kidman). Ya en aquella ocasión adelantaba el que me daba en la nariz que el corte de historia de "Cold Mountain" no interesaba a Hollywood. Ahora me voy a explicar.
Innumerables veces la mirada de Hollywood se ha vuelto hacia el Oeste; sin embargo, pocas han sido las veces en que dicha mirada se haya reposado en la Guerra de Secesión, la Guerra que más muertos ha dejado en territorio estadounidense, su Guerra Civil, su Guerra entre hermanos. La sangre de 600.000 personas tiñó sus extensas tierras. Material más que suficiente para películas; pero, no apto para la egregia mentalidad estadounidense.
Y, claro, el señor Minghella se atreve a hablar sin tapujos de esta Guerra, se atreve a mostrarnos lo inútil de la misma, se atreve, por resumirlo, a hacer un plano en el que la bandera de las barras y las estrellas se ahoga en charcos de sangre y barro...se atreve a todo esto en los tiempos de unidad patriótica que por aquellos lares corren. A "Cold Mountain" le sobran atributos cinematográficos para arrasar en cualquier edición de los Oscars; claro, pero no en esta en la que "Seabiscuit" está nominada.
Una tragedia para una gran tragedia.
Y es que "Cold Mountain" es una gran tragedia, dotada de los mejores mimbres para ello. Y es que no pocos son los guiños a la literatura griega: el pozo de la señora Swanger, como si de un oráculo se tratase; o el personaje de Jude Law regresando a su particular Ítaca a través de mil y un obstáculos, que en nada desmerecen a los que tuvo que sortear Ulises.
Sin ninguna duda, Minghella ha realizado aquí su mejor película, muy por encima incluso de "El paciente inglés". Atesora varias escenas absolutamente portentosas: la muerte de Donald Sutherland, con Nicole Kidman tocando el piano y el cielo empezando a deshacerse en gotas de lluvia; el asedio a Gettisburg, donde experimentamos en nuestra butaca la explosión que sepulta a Jude Law, así como la posterior carga de las tropas yankis; la escena del encuentro entre Inman y el personaje interpretado por Giovanni Ribisi; la escena entre Law y Portman; o el reencuentro entre Inman y Ada Monroe, perfectamente completado por una conversación posterior entre ella y el personaje de Zellweger en el que le confiesa que ha tenido durante mucho tiempo el corazón cubierto de hielo.
Es una maravilla el manejo que Minghella hace del tempo narrativo, primero aquí, luego allá, como una sinfonía, todo va encajando en su justa medida, cada recuerdo, cada gesto, cada plano, información nueva que te va descubriendo los sentimientos de todos los personajes, los sentimientos que tuvieron que vivir aquellas gentes inmersas en aquella guerra. Una historia sincera donde los héroes no tienen cabida.
De los actores, simplemente, postrarme; tanto los principales, como los secundarios de lujo, están imponentes. Con especial mención a Renee Zellweger, una actriz con dotes camaleónicas para la interpretación, y, que, en esta ocasión, considero que supera incluso a la mismísima Kidman.
Con todo, un auténtico P E L I C U L Ó N, que se merece todas las estrellas y los honores, por mucho que a los espíritus que habitan en Hollywood les provoque escalofríos.



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