Se dice que hay que apoyar el cine español. Yo creo que lo que hay que apoyar es el cine español bueno, y el otro manternerlo a raya. Una selección natural para que se elimine la mala hierba. Podría quedarme agusto enumerando tipos de basura del cine español pero no es el momento.
Aquí lo que tenemos es una obra de teatro de éxito que ha sido adaptada a la gran pantalla, entre otros por Mateo Gil, fiel escudero de Alejandro Amenábar. Para ello no se ha escatimado en actores, lo más destacable del panorama español se arreomolina ante este proyecto.
Parece haber un guión sólido y las interpretaciones no prometen otra cosa que una intensidad y realismo muy a la altura del texto. La dirección no será gran cosa seguramente y se limitará a dar imágenes a esta obra de teatro. Quizá no le haga sombra al original pero el formato empaquetado del cine es mucho más cómodo y barato. Quedémonos con lo bueno.
Que se aleje de la norma impuesta de guiones del cine español es una de las cosas que más me llama. Que no esté sujeta a modas, "estrellas" -porque no son estrellas son actores-, o noticiero social. Esto es lo que me llama. Que parezca albergar una buena historia, eso no tiene precio.