Crítica de la película Transsiberian por Beiger

Vergüenza ajena


1/5
19/11/2008

Crítica de Transsiberian
por Beiger



Carátula de la película Hice la precrítica de ésta película hace más de año y medio pero hace bien poco que se ha estrenado. Estaba claro que algo evitaba su estreno y que, una vez más y como pasara con El maquinista, Brad Anderson no iba a conseguir una película redonda. Lo que no se me ocurrió pensar es que la película no se estrenaba porque era ridícula.

Tengo dudas sobre qué análizar y qué no (por no hacer una postcrítica eterna), pero estoy seguro de no querer dejar fuera a Eduardo Noriega. Nunca me había parecido un gran actor, pero siempre había creído en su solvencia y en su capacidad para pasar desapercibido cuando el reto le supera. Este desde luego no es el caso. El papel de latino peligroso exige a Noriega dotar a su personaje de cierto morbo, de cierto carácter peligroso, necesitamos creernos esa escena en la que se folla a su novia mientras Jessie mira desde la litera de al lado. Morboso, lascivo, peligroso... son atributos con los que Noriega es incapaz de dotar a su personaje haciendo fracasar la tensión de las dobles parejas y ayudando a hundir la película.

Pero no podemos descargar toda la responsabilidad del descalabro que supone ésta película sólo en Eduardo Noriega. Dudo que Woody Harrelson supiera muy bien en qué película estaba durante el rodaje. Parece que simplemente le dieron unas pautas y decidió poner todo el rato la misma cara y decir las cuatro mismas frases. Kate Mara no actúa y se limita a estar presente mientras graban las escenas. Emily Mortimer será probablemente la única que hace una actuación medianamente normal junto con Ben Kingsley.

Es difícil sostener una película de dos parejas que viajan en el transiberiano si ya no te puedes creer a tres de los personajes y si cualquiera de los conflictos o tensiones entre ellos resultan ridículos. Pero todavía es más difícil si por detrás metes una de las tramas de tráfico de drogas fronterizo más trillada y torpemente ejecutada que se haya visto en mucho tiempo. No sé ni por qué me paro a analizarlo pero: ¿los narcotraficantes hacen matroscas que son como los saleros que hay en los apeaderos? ¿A nadie se le ocurrió nada mejor?

Para terminar, Jessie y Roy han superado sus problemas como pareja y ahora Jessie ya se encuentra más predispuesta a tener hijos. O sea que, encima, el señor Anderson nos quiere colar su Transsiberian como una de éstas películas donde una pareja en conflicto se enfrenta a un peligro mortal pero sale reforzada. ¡Pero qué sinvergüenza! ¡Dónde ha estado todo eso durante la película! Todo parece un collage con agujeros y trozos mal pegados...

Un auténtico descalabro. Lo dicho, vergüenza ajena.




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Transsiberian en festivales: Festival de Berlín 2008 , Festival de Sundance 2008




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