Crítica de la película Saw V por Obi-Wan

Con la quinta entrega de Saw, bajamos un peldañito más en la calidad de la saga. Un guión que se dedica a vivir de rentas de las anteriores partes y que ha perdido la intención de superarse en las trampas mortales, la convierte en la más floja de todas y que se agarra al clavo ardiendo de la avidez de los fans en descubrir los cabos sueltos que quedaron pendientes.

Vamos por partes. La película empieza dónde terminó Saw IV y se bifurca inevitablemente en dos caminos. Por un lado se nos explica porque Mark Hoffman acaba siendo un discípulo de Jigsaw. En esta parte, hay pasajes dónde las conexiones pasadas quedan hilvanadas decentemente. Pero hay otros momentos como la introducción mediante la investigación del Agente Strahm de flashbacks, que son ridículamente toscos con auto preguntas en voz alta como ¿en qué momento se cruzaron Jigsaw y Hoffman? Y zas, explicación al canto. Y lo repiten varias veces, lo que te hace sentir como si te trataran de tonto.

Y por otro lado, la inevitable y necesaria trampa conjunta a la que serán sometidos cinco personajes. Varios problemas se destilan de que las dos historias caminen conjuntamente, y la mas grave y evidente es que el retorcimiento en las pruebas desciende notablemente. Comparado con el resto de maquinaciones que previamente habíamos visto, parece un juego de niños. Otro problema de este paralelismo de tramas, es que te empiezas a plantear muchas cuestiones. ¿Cómo ha logrado Hoffman preparar todas las trampas? ¿Quién las construye? Estas preguntas no se me habían planteado antes, porque realmente no me importaba debido a la tensión que te sometían durante el visionado, algo que esta vez, se pierde.

Como no podía ser otra manera, también esta vez dejan cabos sueltos para dar pie a la sexta parte. La mujer de Jigsaw está claro que tendrá algo que decir en un futuro con su misteriosa caja. El quinteto elegido para la tortura esta vez, puede que tenga un significado que se nos ha ocultado (ojito con la superviviente).

Aunque el final, tampoco ha sido santo de mi devoción, he de reconocer que incluye una rotura de huesos que se ha convertido en el único momento en que he tenido que torcer la mirada de asco. He echado mucho en falta la verdadera repugnancia que me hacía sentir esta saga.

Aún así, he de reconocer que ha vuelto a entretenerme. Espero que las siguientes no sigan bajando la escala de crueldad e intensidad, y lanzo una pregunta que me amartilla la cabeza ¿puede una persona aguantar sin desmayarse que poco a poco se le corte el brazo en dos mientras pierde la mitad de su sangre?