Crítica de la película Infancia Clandestina por Iñaki Ortiz

Vulgaridad en todos sus aspectos


2/5
30/12/2012

Crítica de Infancia Clandestina
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película El punto de partida puede ser interesante. Centrarse en el drama que podían vivir los hijos de quienes habían decidido por ellos llevar una vida de guerrilla. Está bien que el niño sea un protagonista absoluto y no sólo un medio para contar la misma historia de siempre. En definitiva, la premisa de la que parte Benjamín Ávila y a la que se aferra coherentemente hasta el final, podría haber dado buenos frutos. El problema es que la ejecución hace aguas por todos lados.

Situaciones forzadas y tópicas, que rozan el despropósito en la secuencia de la discusión con la suegra, o en los momentos ridículamente marciales. Desarrollo previsible y obvio, con el ejemplo más claro en la frase que cierra la película. Un guión sin puntos fuertes, sin solidez. Por otro lado, excesivamente edulcorado con los protagonistas y su maravilloso mundo de idealismo en el que siempre hace el sol. Tampoco el reparto está demasiado a la altura, con la salvedad de Ernesto Alterio, cuyo personaje es el único que brilla un poco -especialmente en la única escena con chispa, la de los caramelos.

Aunque quizá, el verdadero lastre de la película viene de una dirección extremadamente vulgar, llena de tópicos. Una fotografía de brocha gorda, con ensordecedores filtros verdes. Un exceso de planos con la profundidad del campo reducida al mínimo, y juegos de luz más propios de un spot publicitario que de una obra para el cine. La banda sonora también resulta cargante, por duración y por su -una vez más- vulgaridad. La manera en la que se ha decidido rodar esta película es aquella que cualquier director con un mínimo de experiencia -o talento- desecharía por obvia.

Pero lo importante, siempre, en el aspecto formal, no es su calidad en sí misma sino la eficacia sobre la obra. Y aquí está el verdadero fallo. Las situaciones de tensión no tensionan -y eso que es fácil poner al público a comerse las uñas cuando una familia de guerrilleros están a punto de ser capturados: pues nada. Los dramas no impactan -y eso que los hechos, hacia el final, son demoledores. La historia de primer amor, que pretende ser rodada con cierta magia y delicadeza, resulta gris -a uno le viene a la cabeza Moonrise Kingdom y mejor no hacer comparaciones. En definitiva, una historia con buena premisa que está pobremente desarrollada y muy ineficientemente rodada. Eso sí, a la academia argentina le ha maravillado.



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