Crítica de la película El largo domingo de noviazgo por William Munny

Y al acabar la calma


5/5
12/02/2005

Crítica de El largo domingo de noviazgo
por William Munny



Carátula de la película Esta película pertenece a las pocas que te dejan empedernido a un sillón que ha vivido contigo la magia de contar historias con la parsimoniosa habilidad, decoro y elegancia de los grandes. A pesar de cierto lío de nombres y desazón por la complicación de los hechos dentro de las investigación, todo es un bonito cuadro de curiosidades, sin dejar de un lado el humor, sin apartarse del misterio, la fiereza o la fortaleza de una línea de imágenes que suavizan nuestros pensamientos en el trancurrir de una historia verosimil y original, ambos adjetivos dificultosos de camelar en el cine actual y en el cine de siempre.

Jeunet es capaz de tranformar lo que otros simplemente tratarían con respeto en una apasionante manera de contar y vivir. Su entereza y certeza a la hora de propagar sensaciones y estímulos guiados por historias que en su contexto y fuera de él pertenecen a lo más hondo del corazón, logra que los espectadores disfruten de las esperanzas y buenas intenciones que en sus personajes centrales residen. La vida misma, su crudez y remolino una vez más en las manos de un grande que me apasiona y calma.

Es uno de los únicos capaces de transmitir cierta sensación de descontrol y pocas reglas a una vez que la rectitud y linealidad de sus planos nos engloban en la clara, definida y maravillosa concepción de una película, personajes e historia. Su cine dura, su cine apavuya y al final deja un perfume inigualable que podemos respirar en el recuerdo.


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