Crítica de la película The Station Agent por Iñaki Ortiz

Yo también quiero ser independiente.


3/5
12/03/2004

Crítica de The Station Agent
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película ... y Olivia, la pintora que ha perdido un hijo. Así acababa la primera frase de la sinopsis. Una película de planteamiento curioso, lástima que no se haya aprovechado más este planteamiento. Nos encontramos con la típica película de festival, personajes curiosos con escenas en las que se fuerza el encuentro entre ellos (apenas cinco personajes). Imágenes bonitas con música a lo “Dr. en Alaska”, relaciones poco habituales entre todos ellos.

Siempre dejando claro que esto es una película independiente y que no es como una de esas malditas películas entretenidas y que gustan a las masas. No, ellos son diferentes, se permiten dejar sin terminar la historia plantándote los créditos cuando les apetece, ¿un error de guión mal acabado? No, es cine independiente, un nuevo estilo, no necesita seguir los cánones, en la vida real no todo se acaba. Ya, pero no olvidemos que esto no es la vida real, es cine. Y no olvidemos que esto del nuevo estilo se lleva haciendo ya muchas décadas (quizá en los 60 fuera nuevo, pero hoy...), y que el dejar las cosas a medias no es de gente rompedora, sino de gente que no sabe darles término.

Se nos promete mucho al principio. Fin, el enano enamorado de los trenes, que es insociable, y que forzadamente se le obliga a coincidir con ese tipo que está colocado en ese lugar con su carrito. Quizá haya un cambio en alguno de ellos o en los dos, ya que no les va a ocurrir nada interesante, pero no, llega el final y todo sigue igual que después de los primeros veinte minutos de película. Esa mujer y su ex, quizá ahí halla tema. Vaya, tampoco. Pero todo vale, ¡somos independientes!, que es más incluso que decir “soy ciudadano americano”. Y en el Zinemaldi recibe el premio especial del jurado. Porque es una película amable, agradable, en la que no ocurre nada ni lo pretende, ah, y hay un enano. Donde los personajes no parecen personas, parecen actores de película independiente, no por lo hagan mal, sino porque todo está tan forzado que parece que su vida está escrita a la medida de la película. ¿Es que ese tío no tiene otro sitio para poner el carro? ¿No ha pensado que donde haya gente venderá más? Y la pintora... ¿qué hace todo el día con esos dos muermos? ¿No hay nadie más en ese pueblo, es que sólo están en el bar? ¿Y la madre de la niña? ¿Por qué todos se encuentran en todas partes? Todo muy independiente, eso sí, ¿qué importan los detalles? Un guión acartonado, ¿y qué? Si todo vale, es otro cine, ah, y hay un enano y le gustan los trenes.

Porque es entretenida, agradable y tiene momentos de humor, no se queda en dos estrellas, pero cuidado, no todo vale cuando se es independiente, el cine tiene que ser algo más que una media sonrisa, unos días soleados... y un enano.


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