A todo ídolo adolescente le llega el momento de dar el salto de calidad para que el resto del público lo empecemos a tomar en serio. Robert Pattinson, el encasillado vampiro de la saga Crepúsculo, lo intentó no hace mucho con Recuérdame. Ahora le toca el turno a Zac Efron, el deseadísimo protagonista de High School Musical, que ya intentó despegarse de esa franquicia con 17 otra vez. Pero si en esa ocasión era una comedia destinada todavía al público más joven y desesperado en busca de una sonrisa de este chaval, ahora nos encontramos ante un drama, de esos que intentan incluir un nuevo registro en su filmografía que no solo responda a las necesidades de enseñar una cara bonita.
Lo malo de este film, es que así como antes los por ejemplo tomcruises, bradpittes o leonardosdicaprios, escogían con más cuidado esa película que haría que el público los tomara en serio, este caso parece un telefilm de Antena Tres de sábado por la tarde. Mucha lágrima fácil y situaciones melancólicas a raudales, que sólo volverá a satisfacer completamente a las fans más fervientes.
Nada que hacer con este título si lo que buscas es una cierta calidad. Si lo que quieres es disfrutar llorando a moco tendido, quizá sea buena opción.