Crítica de la película Bon Appetit por Hypnos

Estamos ante una de esas historias universales: el enamoramiento. Hemos asistido a miles de acercamientos a este tema universal, aunque, como la mayor parte de las historias universales en el cine, existen dos tipos de acercamiento: el realista y el artístico.

Pondré como muestra un botón. Uno, al abordar el romanticismo lo puede hacer desde una perspectiva estrictamente realista y realística como, por ejemplo, en Enamorarse, con Robert De Niro y Meryl Streep. Se trata de una película que recrea perfectamente el inicio de un enamoramiento y, más en concreto, un enamoramiento con terceras personas. El problema que tiene la película es que, por momentos, resulta excesivamente lenta.

En la esquina contraria del ring tenemos la escena de Lugares comunes en la biblioteca entre Federico Luppi y la bibliotecaria, su poco realista réplica-contraréplica absolutamente delicioso. ¿Sucedería en la realidad? No, pero condensa la materia de la que está hecho en la realidad el romanticismo.

A este peligroso juego nos invita David Pinillos, segoviano, que era conocido en el mundillo por su labor como montador en películas como Gordos y por su cortometraje Doll. Cuenta para ello con Unax Ugalde, actor que está evolucionando aunque aún está lejos de lograr grandes cotas, y de Nora Tschirner, actriz alemana.

La cinta juega gran parte de su interés en un reparto internacional y en un contexto internacional con elementos un tanto chic de los nuevos tiempos que siempre corren tales y como la cocina y la internacionalización de los sueños.

Muchas conversaciones, muchas dudas, muchos silencios y un regusto a tantas y tantas películas como Antes del atardecer o 2 días en París o, más recientemente, o Two lovers, basado en Noches blancas de Dostoyevski.

Tendrá su punto, aunque no permanecerá.

La película ha sido uno de las grandes triunfadoras del Festival de Cine de Málaga.