Crítica de la película Crónica de un Engaño por Iñaki Ortiz

Es esta una película llena de tópicos en todos sus aspectos. Tópicos acerca de las relaciones humanas, las relaciones de pareja, con una mirada más bien simple que no aporta demasiado al ya clásico triángulo amoroso. Dice el director que las mujeres también pueden mantener una relación con dos hombres a la vez, y que esto le parece interesante. Creo que llega un poco tarde si aún anda en esas. Por mucho que quiera ser "una película europea", su mensaje llega con todo el retraso de la anclada ética yanqui.

Si la película no fuera precisamente - o quisiera ser- un tratado sobre las relaciones de pareja, podría ser aceptable el simplismo de su propuesta, pero desde el momento en que prácticamente sólo se apoya en esto para dar sentido a su film, se puede decir que este es un trabajo completamente fallido. 

El tópico del español pasional, quizá nosotros lo vemos más, no le daré más importancia. El tópico del romanticismo, con esa sonrojante escena en la que todos aplauden a la pareja seguida de un plano bajo la lluvia y con una ventana llena de velas. Unir ambos clichés es realmente ridículo.

También una dirección que se sustenta en el tópico, con elecciones formales más que conservadoras y tan académicas que no parece haber una personalidad concreta tras ellas. Un inicio con música intrigante y bellas imágenes del lago de Como, con los habituales travellings sobre agua. Luego una pasarela de moda, una ambientación mucho más que tópica.

Antonio Banderas demuestra una vez más que es un actor interesante pero no demasiado capacitado. Laura Linney muy correcta en su escaso papel y Liam Neeson sin derrochar demasiado talento.

El entretenimiento se salva con un par de giros hacia el final, que mantienen un interés que ha sido dilatado en exceso con forzados encuentros. Eso sí, es mejor no pararse demasiado a analizar la verosimilitud de estos giros.

Es salvable, al menos como propuesta de cierta personalidad, la elección de no dejar clara desde el principio la muerte de ella y tratarlo ya casi al final. Realmente no creo que consiga el efecto dramático que busca el director, pero al menos, se sale del tópico.

Una inauguración muy pobre para el festival de San Sebastián.