Richard Curtis es más que nada un británico guionista, pero en estos últimos tiempos le ha dado por dirigir, además, y ha logrado llamar mi atención con su cine típicamente anglosajón por así llamarlo y muy divertido dentro de una “comercionalidad” razonable y consecuente.
Títulos como Love Actually o Radio Encubierta demuestran que esa chispa que no engaña, cine ligero pero no sin peso, es posible y el público lo agradece con el boca a boca. Es posible ver una comedia incluso con tintes románticos riéndose de situaciones cercanas y no tan lejanas como los hollywoodienses gags.
En esta ocasión los viajes en el tiempo adornan la presencia de la guapa Rachel McAdams (Midnight in Paris) o viceversa en busca de nuevo de ese objetivo en su tercera película. Claro, lo de siempre, al menos que la entrada merezca la pena en su precio y lo convirtamos en el valor que le demos al elegir buen cine.