Crítica de la película Ágora por Hypnos

¿A qué jugaba?


3/5
10/11/2009

Crítica de Ágora
por Hypnos



Carátula de la película Tras ver la película y leer la postcrítica de mi compañero Rómulo he de confesar que comparto gran parte de sus razonamientos. El film no ha conseguido entusiasmarme en ningún momento. Excepción hecha, quizá, del momento en el que Davo asfixia a Hipatia. Aunque a uno no le queda claro si lo es por el volumen de la partitura de Marianelli.

Adentrándome un poco en el ruido al que hacía referencia en mi precrítica, la película contiene varios errores históricos o, mejor dicho, licencias históricas. En primer lugar, no existió el personaje del esclavo de Davo. Sinesio, papel interpretado por Ruper Evants, murió un par de años antes que Hipatia. La cual no fue asesinada, evidentemente, tal y como lo cuenta la película, sino que fue atacada cuando volvía a si casa en carro por un grupo de exaltados. Tampoco existió el episodio del arrodillamiento ante las Sagradas Escrituras.

Esta serie de licencias le llevan a uno plantearse determinadas cosas. Está claro que si un guionista decide tomárselas es por entender que la realidad es "mejorable" desde un punto de vista de la dramaturgia. Eso debieron pensar Mateo Gil y el propio Amenábar. Pero entonces no entiendo por qué no se tomaron más licencias, ya que la película, por momentos, me resultó aburrida.

Aburre porque no es capaz de ofrecernos una buena intriga palaciega. Aburre porque no es capaz de dibujarnos personajes creíbles a todos los niveles y que le hagan a uno tomar parte. Aburre porque uno conoce el final. Aburre porque la búsqueda de Hipatia está resuelta ya en la mente de todos los espectadores. Uno podría esgrimir que qué le vamos a hacer si es que es el relato de unos hechos históricos. Pero otro podría contrarreplicar lo siguiente:  tenlo en cuenta antes y no te olvides de mi entretenimiento; no es histórico todo lo que cuentas, si has cambiado cosas importantes, cambia más para evitar el aburrimiento.

Por otro lado, Amenábar juega al relato histórico ambiguo. Por un lado tergiversa o inventa hechos dentro de un contexto histórico que se mantiene más o menos fiel, pero por el otro juega a dirigir el pensamiento con esos créditos, como, sobre todo, los del final.

No está clara la autoría de Cirilo en el asesinato de Hipatia, pero la mayor parte de las fuentes sí que lo señalan a él como inductor. Tampoco vaya nadie a echarse las manos a la cabeza cuando se nos descubre que, además, de un implacable y maquiavélico político fue nombrado Santo y Doctor de la Iglesia. Como movimiento social que es la religió católica y, sobre todo, la Iglesia, es normal que encumbraran al hombre que consiguió Alejandría. Para el creyente al que esto le suponga un problema, que , por favor, se informe un poco de la Historia de la Iglesia y verá cómo se forjó y asentó el cristianismo. Desde luego no desde los púlpitos.

La reflexión que lanza al aire Amenábar sobre lo nocivo de todo fundamentalismo y más, si cabe, el religioso es interesante, pero da de sí poco más de media hora, no basta para sustentar toda la película. No nos cuenta nada nuevo cuando sostiene que el cristianismo eclipsó el desarrollo científico. La historia eclesiástica está llena de mártires científicos que pagaron su "desafío" con el pasaporte a la vida eterna. A quien le moleste que alguien a estas alturas de la película diga esto, que siga encerrado en su oscura mazmorra cultural.

Dando cuenta del ruido que trae consigo la película, quizá lo que más me moleste del film sea que no es capaz de trazarnos ningún personaje interesante. Orestes está muy limitado ya por el actor Oscar Isaac, que se empeña en poner el mismo gesto que Joaquin Phoenix en Gladiator. Hipatia nos es descrita como toda bondad. De manera muy poco realista. Salvo la escena en la que insulta a Davo, que mira por dónde supone el radical cambio de actitud del esclavo. No entiendo las reacciones ni de uno, ni de otro. Menos aún la de Orestes cuando se arrodilla ante Sinesio. ¿Por qué? Si no lo hizo ante todo Alejandría, ¿por qué lo va a hacer ante Sinesio en privado? Otra cosa es que hubiesen querido colarnos una relación entre ambos.

El caso es que hasta aquí llega mi lista de peros. No obstante lo anterior hay que destacar que Amenábar consigue recrear de una manera brillante Alejandría. Que su dirección no se limita a dejarse llevar por los decorados y que sí que intenta meterse en los personajes. Que algunos de sus intentos con los planos cenitales le quedan logrados, y que corre un riesgo que ya le gustarían a muchos. Justito, pero aprueba.




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