Crítica de la película Abrígate por William Munny

Esperaba un film calmado y tierno, pero no tan empalagoso y duro de sobrellevar. La muestra tras muestra de tristeza contenida a base de mostrar a una escuálida protagonista llena de sueños y decaimientos, mientras juega al amor con el hijo de su muerto, no es suficiente para engancharme, porque lo que quiero son reflexiones internas, evolución pero no un estancamiento.

Por lo demás resulta un film lleno de buenas intenciones, con un ambiente bonito y propio, cosa difícil de conseguir pero que no termina de transmitir con toda la rabia y fuerza, sino a golpe de golpecitos lentos, su carácter de ensoñadora, de contadora de historia de personas más intensas, tanto que al final parecen solo personas lentas, y mucha culpa tiene ella. Agradeciendo el rollo linguístico pero también a veces mejor dejándolo a un lado, he terminado por desconectar y esperar tan solo que suceda algo para avanzar o al menos que termine.

Falta ritmo, falta banda sonora, hablar menos, calma sí pero no extrema paciencia. Faltan cosas que poco a poco el espectador descubre a base de resoplos.