Crítica de la película Abrígate por William Munny

Una película sencilla para hábitos de cine sencillos. La búsqueda del espectáculo no es el prinicipal atractivo de un film hecho con más cariño que presupuesto, en uno de esos films que termina por ser un hayazgo de la calma, el disfrute tranquilo y el encuentro de esa risa leve y no gritona que todos tenemos, aunque pocas veces, ante la pantalla grande.

Al menos curiosa en el idioma utilizado, una mezcla de argentino, gallego y español, parece que el propio microclima de mezcla de culturas es algo muy importante y probablemente también lo más pedante del film. La ternura es algo que últimamente no tocan los directores nacionales y esta es una ocasión mejor que cualquier otra.

Su director, Ramón Costafreda, ha trabajado para la televisión, así que pocas salidas de cámara brillantes, y se rodea de Manuela Pal, que viene de la televisión argentina, de Félix Gómez (El camino de los ingleses) o Celso Bugallo (recientemente en Sultanes). No será recordada pero tampoco repudiada.