Crítica de la película Ángeles y Demonios por Obi-Wan

Me llevé una sorpresa cuando, al terminar de leer la novela homónima de Dan Brown en la que se basa esta película, descubrí que era algo mejor que su predecesora  El Código Da Vinci. Aunque sigue sido exagerada y la forma de escribir de Brown sea algo patosa en muchos tramos, con explicaciones para niños de parvulitos, me entretuvo y ha conseguido que mi curiosidad por Roma, haya aumentado todavía más.

Pero que personalmente este libro me haya parecido mejor que su antecesor (aunque cronológicamente sea anterior), no implica que necesariamente que la película también haya de serlo, aunque se necesite bien poco para ello. Lo único que le veo positivo, es que por lo menos contiene mucha más acción y puede que así logren que sea más trepidante y espectacular.

La iglesia católica ha vuelto a intentar boicotear este título, dónde la pelea religión versus ciencia vuelve a estar en el aire. El Vaticano negó el permiso para rodar en el interior de las iglesias romanas. La polémica está servida y esto siempre es un reclamo lo suficientemente interesante para arrastrar a mucho público, ya estén en contra o a favor de la Iglesia.

Ron Howard, así como hiciera con El Código Da Vinci, la dirige. Todavía siento mareos cuando recuerdo ese pésimo ritmo, esos cutres flashbacks y esa inexistente dirección de actores. En esta última faceta, muchos podrán pensar que en su último trabajo en El desafío, Frost contra Nixon, Frank Langella estaba inconmensurable como Nixon. Poco o nada seguramente tuvo que ver Howard con esto, ya que el actor se lo traía bien aprendido de su interpretación sobre los escenarios. No puedo evitar pensar que volverá a ser frío, sin sentimiento tras la cámara, como una autómata que se limita a reflejar los sucesos.

Tom Hanks vuelve a encarnar a Robert Langdon. No sé a quien tuvo la magnifica idea de ofrecerle este papel, pero es lo más opuesto al personaje que podían haber encontrado. Y lo peor no es eso, porque si por lo menos su interpretación en El Código Da Vinci hubiera sido decente, aun, pero vuelvo a repetir, que parecía que le habían metido el palo de una escoba por el culo. ¿Mejorará en este segundo intento? Eso es todo una incógnita.

Por contra, mucho más optimismo me despierta saber que Ewan McGregor interpretará al carmalengo Carlo Ventresca. Vale, lo reconozco, los últimos papeles de McGregor en El sueño de Cassandra o Decepción, no son para lanzar cohetes. Pero cada uno tiene sus debilidades y él es una de las mías. El papel de la sempiterna compañera femenina, será esta vez para Ayelet Zurer, que poco esfuerzo tendrá que hacer para superar a Audrey Tautou en su equivalente a El Código Da Vinci.

Esperanzas, pocas. Creo que va a ser un producto comercial más, con mucha pasta detrás y mucho menos ritmo del que desearíamos.